A los tres días de estar en
Viena recibí mi primera visita. Se trataba de tres amigos de
Teruel que iban recorriendo Europa desde hacía unos
días en
Interrail. Coincidió pues que yo ya estaba
aquí y que ellos llegaban por lo que intentaron
aprovecharse de mis extensos conocimientos de la ciudad con la mala suerte de que en esos momentos eran nulos y que, aun encima, después del trote de los dos primeros
días (vuelo, caminata con las maletas, caminata sin maletas y por último los
taitantos kilómetros en bicicleta) yo no sentía las piernas, por lo que no era el más indicado para hacer de guía.
Aprovecharon sin mi para hacer turismo por la mañana y me dejaron tranquilo hasta después de comer. A las 4, les
fui a buscar a su hostal en bicicleta, ya que Esther me la dejó durante unos
días porque salía ella de viaje. Una vez reunidos y presentados decidimos hacer turismo pero en plan relajado, ya que ellos llevaban buen trote
también después de 10
días turismeando Europa. Fuimos pues a probar el brebaje nacional, la cerveza. he de decir, que al igual que en Zaragoza, aquí hay una fábrica dentro mismo de la ciudad, de hecho, el nombre de la cerveza es el mismo del distrito dónde se produce,
Ottakringer (del barrio
Ottakring). he de decir que
personalmente no me gusta porque es dulce, y lo peor de todo es que las hay más dulces, como la
Stiegl.


Lo curioso de todo esto es que en la taberna donde entramos, un local arreglado, todo de madera barnizada, cuadros
rarísimos, lleno de sofás aterciopelados y vacío de gente (sólo estaba el camarero y una chica durmiendo tumbada larga en un sofá junto a la puerta). Bueno al grano, el camarero nos intentó vender la moto de que
probáramos la bebida especial de la casa. Como somos unos valientes y nos invitaba, decidimos darle una oportunidad a aquella botella de cristal de 5 litros y sin etiqueta alguna. Si, ya se que no hay que coger caramelos de
desconocidos, pero este no era un desconocido del todo, tenía un bar donde había una chica dormida o muerta, (claramente era de fiar). La botella contenía un líquido amarillento, casi fosforito de sabor dulzón (demasiado) y claramente familiar para un servidor. Me recordaba extrañamente a un bidón que tuve en mi cuarto durante 3 meses. ¿A que no
sabéis lo que era?
HIDROMIEL
Más tarde, por la noche, nos juntamos con unos españoles que aún no conocía salvo de
oídas por aquel entonces y que tuvieron la amabilidad de invitarnos a cenar a su residencia. Me los
presentó la única española de mi residencia que había conocido previamente por el Facebook. Fuimos pues a cenar a esa maravilla de residencia, hago comparativa en columnas:
Simmeringer por fuera
Simmeringer por dentro. Pedazo de habitaciónTras la cena decidimos salir por el centro para ver que ambiente tenía la ciudad, era sábado y supusimos que se vería gente. Haciendo caso a unas indicaciones que me había facilitado Esther el día de la "
Critical-
mass" acabamos yendo a
Stephansplatz en busca de un
pub/discoteca, allí llegó la primera sorpresa, en esa plaza, la de la catedral de San Esteban, que por cierto está en obras de restauración o limpieza, en ese lugar había mucha gente, todos de punta en blanco mezclados con artistas callejeros. Pero a lo que voy es, que me encanta como en esta ciudad fusionan la arquitectura
emblemática con la población y como la gente respeta estas cosas sin hacer el gamberro. Digo esto porque mas tarde fuimos al Museo
Quartier, y no me refiero a la puerta, me refiero dentro, si dentro, pero eso lo explico luego.
Catedral de San EstebanJunto a la catedral de San Esteban, esta el monumento a los caídos por la peste (la columna a la peste), justo allí encontré en el suelo un billete falso de 500€ (impreso sólo por un lado) y con el me dediqué a hacer amigos pidiendo cambio a los
transeúntes más jóvenes, alguno se echó mano al bolsillo como si tuviera para darme, pero la mayoría me pedían disculpas por no tener (que educados son), hasta que al final vi un grupo de chicos y cuando hablé con ellos me di cuenta de que eran españoles y más concretamente de Zaragoza (con lo grande que es el mundo), en fin 6 nuevos amigos, los cuales estaban de paso por
Viena y nos enseñaron el siguiente
tour, un
tour que por cierto, os haré dar a todos los que vengáis a verme porque no dispongo de
imágenes capaces de captar la belleza del lugar.
Columna a la pesteEL
TOUR OBLIGATORIO:

Salir de la Catedral de San Esteban, pasar por la escultura erigida a los
caídos en por la peste, caminar a través del
Palacio Imperial de Hofburg, para lo cual se atraviesa una impresionante cúpula y más tarde se pasa por delante del balcón desde el cual, a 15 de marzo de 1938,
Hitler proclamó el Tercer
Reich al anexionar Austria con Alemania
oficialmente (impresionante el balcón por cierto), luego se camina entre los jardines de los museos de Historia Natural y de Historia del Arte hasta llegar al interior del Museo
Quartier. En este
tour el plato fuerte es el palacio de
Hofburg sin duda, pero los edificios que componen los museos son también de estilo clásico e impresionan. Mi teoría personal, es que dan esa sensación porque tienen unas ventanas enormes y les da un aspecto todavía más gigantesco. Otra cosa destacable de este
tour, es que todo esta en perfecto estado de
conservación y la ciudad emana una
sensación de poder ó grandeza tremenda.
Palacio Imperial de Hofburg (bueno parte porque es enorme)
Museo de Historia del Arte
Museo de Historia Natural
Museo Quartier (60.000 m2 de cultura)Una vez dentro del museo
Quartier, llama la
atención el hecho de que hay dispuestos una especie de sillones amarillos donde la gente se sienta con su
cervecilla a charlar con los amigos, es decir, hacen botellón como en España pero de forma más ordenada o tranquila. Además, al tratarse de un museo no vive nadie y por lo tanto no molestan. En general la gente es bastante limpia yo creo que debido a que como está todo tan bonito te remuerde la conciencia el manchar. En otra ocasión, también en el museo había dispuestos "
puffs" gigantes para que la gente los cogiera y se sentara con sus amigos en el suelo. ¡Eran
comodísimos!
Interior del Museo Quartier, se aprecian los sillones aunque ahora son amarillos
Las fotos que he puesto no son del todo buenas porque la gracia del
tour es recorrerlo de noche. Aunque por supuesto de día es también visita obligada no tiene tanto encanto, ya que, de noche es raro ver gente allí y es más mágico el momento.
Una cosa que me llama la
atención o, mejor dicho, que es contraria a España, es que aquí está permitido beber alcohol en cualquier lado, tanto en la calle como dentro del
mismísimo autobús, tranvía o metro y por supuesto en los parques. La única cosa que "exigen" es que guardes la compostura porque en el momento que alguien arma jaleo suele aparecer una patrulla policial de la nada y los pone en su sitio (
así que
Ender, si vienes modera tu nivel normal de hablar porque
aquí eso es gritar y mucho), normalmente con que se paseen por delante basta para que la gente se comporte pero en ocasiones se apean a "regañarles" o pedir la
documentación. Esto último puede ser un problema para los alumnos extranjeros como yo, porque si no eres austriaco te pueden dar un poco la lata y pedirte que les demuestres que estás "empadronado" y que cumples los requisitos, es decir, que estás matriculado, tienes vivienda, ingresos o algo que te mantenga, seguro médico, etc.
El
día terminó en el Bar Manolo's que está al lado del Museo
Quartier y cuyo dueño es de habla hispana, así como toda la plantilla y el 90% de los clientes. Sólo es digno de mencionar para recordárselo a los que estuvimos en su momento es la "pelea" protagonizada por el combatiente mejicano alias "Me sacaste el aire,
tivoy a matar pinche pendejo".
El que quiera venir a hacer el "
Tour Obligatorio" que levante la mano y lo diga en un comentario porque si sólo levanta la mano no le voy a ver.
¡Hasta pronto!