lunes, 27 de diciembre de 2010

LA GALERÍA DE LA ACADEMIA (FLORENCIA III)

Continuando con el relato de Florencia (I) y (II) voy a proceder con esta maravillosa Galería.

La mañana del segundo día teníamos una cita, a las diez teníamos que visitar la galería de la Academia. En mi cabeza tenía una idea clara como la mitad de un huevo. El David de Miguel Ángel estaría allí, el original, ¡rechace imitaciones!. Y junto a él, mil esculturas más del mismo calibre. Iba a ser una visita interesante pero no salió como esperaba...

Extraído de la wikipedia:
La Galería de la Academia es uno de los museos básicos de Florencia, dedicado a escultura y pintura (e instrumentos musicales, añado yo). Se encuentra en la Vía Ricasoli 60, cerca del convento de San Marcos.

Salimos del hostal y cinco minutos más tarde ya estábamos a las puertas. Junto a ellas, una cola kilométrica que parecía la oficina de racionamiento de cualquier país en guerra, un día que se ha corrido la voz de que ha muerto algún caballo. Nosotros, como llevábamos las entradas pre-compradas (gracias por el consejo, madre), recé por las almas de aquellos pobres incautos y nos dirigimos a la puerta saltándonos la cola como los VIP's en las discotecas chulis. Ahí nos bajaron de la nube con un jarro de agua fría en forma de dedo que señalaba la cola de los VIP's, que por lo que se ve, había unos cuantos aunque en unos quice minutos ya estuvimos dentro.

Exteriores de la Galería


En la primera sala hay un montón de cuadros entre los que destaca algún que otro lienzo enorme. No perdí mucho tiempo aquí aunque me llamó la atención “la mujer de la silla que chista”. No era un cuadro, era más bien una escultura porque no se movía absolutamente nada a pesar de estar viva. Lo único que hacía era chistar cada vez que alguien sacaba la cámara del bolsillo. Lo hacía igualito que una locomotora de vapor cuando frena en la estación.

La sala contigua a la derecha, está llena de instrumentos musicales. Había unos viejísimos, otros de formas imposibles y otros que era imposible que sacara un sonido agradable. Había incluso unos cuantos para probar y para los que no se podían tocar, hay ordenadores que reproducen sus sonidos. Curiosa sala que no pegaba con el resto.

Auténtico violonchelo de Stradivari (1690), fabricado para el Gran Príncipe Ferdinando .

Retrato del Gran Principe Ferdinando (Fernando de Médici), quien murió loco
de amor (esta claro que no con su estilista).

Piano vertical más antiguo conservado. Original del inventor Bartolomeo Cristofori.


La tercera sala es la del David. Según entras ya lo ves al fondo, en un sitio provilegiado con esas cavidades abovedadas al rededor, que lo hacen destacar más aún. A su alrededor un porrón de gente mirándole el pinganillo. Para llegar a su altura hay que tomar muchos Petit Suis (vaya chiste...), hay que pasar por delante de unas seis esculturas más, la mayoría de Miguel Angel aunque hay algunas en duda por sus cinceladas más zaborreras. Esta esculturas están a medio hacer. Siguiendo la teoría del propio autor, lo que intenta expresar es que dentro de cada bloque de mármol hay una escultura esperando que la saquen a relucir... Vamos a ver campeón, a mitad de escultura se te ha ido la mano con el martillo y te has cargado un detalle que te gustaba mucho como la nariz respingona o algo de eso y te ha entrado la rabieta de dejarlo tirado. Eso, o te cansabas, o te ofrecían algo mejor y como “yo soy el artista y yo lo valgo” lo dejas a medias con la excusita. Por cierto, T. deberías haber tomado nota de la excusa para cada vez que dejabas un cuadro a la mitad...

Sala del David

Tres de las esculturas a medias o "prisioneras"


A continuación de esta sala hay otra con esculturas de yeso (moldes de las reales ó simplemente ensayos de los alumnos de la Academia). En el segundo piso sólo había expuestas pinturas de los siglos esos donde no sabían pintar todavía (anteriores al XV). Me refiero a esos cuadros de gente amorfa y con unas perspectivas que dan ganas de llorar. Además, el 95% de las pinturas eran “Cristo en la cruz con la lanzada en el costillar” y después de ver 20 ya aburre. Eso si, al igual que se hace en la actualidad con las películas malas actuales en las que para atraer al personal incluyen uno o varios de los factores mágícos creadores de audiencia (zombies, ninjas, señoritas al natural y sangre) en estos cuadros de pésimo atractivo solía haber, un zombie (técnicamente, según el diccionario, lo es) y chorrancanos de sangre super gores (los ninjas se desconocían en esa época y las señoritas "au naturel" debían estar mal vistas en las representaciones).

Me gustaría incluir aquí un pequeño homenaje a alguien muy especial. Filippo Brunelleschi es uno de mis superhéroes favoritos, no sólo por sus obras arquitectónicas que de por sí ya me tenían conquistado, sino por su mayor aportación a la humanidad. Qué grande, qué genio, qué tiparraco, a este me lo llevaba de fiesta. ¿Qué diantres habrá hecho el mindundi este?, os preguntaréis. Pues bien, este portento humano le dio un vuelco al arte y sentido a la vida de muchos. Resolvió el problema que hace que mucha gente, entre los que me incluyo, nos den ganas de vomitar cuando vemos un maldito cuadro del siglo XIV, de esa época en la que no sabían pintar porque todavía no había llegado mi amigo B., esos cuadros sin perspectiva, sin proporciones, de parbulario, los de la Academia vamos. Lo siento para el que le guste ese tipo de arte, pero un servidor siente náuseas al ver una pintura que por muy bonito que sea el marco, los colores o las salpicaduras de sangre, no deja de tener la misma profundidad que una pintura rupestre o un jeroglífico de los hombres-bestia-dioses. Lo desvelo ya, Filippo Grandioso Brunelleschi formuló las leyes de la perspectiva cónica dando comienzo a la era de oro de la pintura de visión realista y el fin a la tenebrosa era de las proporciones parbularias hace poco retomadas para crear South Park. ¡Gracias B.!

Un cuadro feo aunque no tanto.

Este si que es feo con avaricia.

Este es F. Brunelleschi quien, después de revolucionar el arte, del asombro se
quedó de piedra y descansó.


Concluyendo con este museo, esta galería es chiquitina, se ve en dos horas y cuesta 15€ si lo compras con antelación. Si, al contrario, lo compras in situ es más barato pero te arrepentirás. Yo lo reconozco, soy un lisiado cultural y las obras me gustan o no me gustan. Personalmente sólo por ver el David si que volvería a pagar la entrada. Lo demás me pareció en su mayoría morralla (ya podéis lanzar las piedras).

Sobre el David. Miguel Angel se encargó de darle forma a partir de un bloque reciclado que otro escultor estropeó con torpeza. Varios escultores más intentaron aprovechar este bloque enorme, apodado “El gigante” (irónico, ¿no? ya que David se suponía bajito y debilucho) por los 6 metros que medía en origen. Miguel Ángel tardó dos años en esculpirla y en 1504, la colocaron en la Plaza de la Signoría donde hoy se encuentra una copia. En un principio estaba destinado a situarse en lo alto de uno de los contrafuertes de la Catedral, sin embargo, quedó tan bien que les pareció un desperdicio dejarlo tan alejado de la vista. La escultura guarda un secreto en sus proporciones. Está esculpida con la intención de que se vea desde abajo y que desde ese punto parezca que tiene las proporciones perfectas. Sin embargo, si nos alzáramos a la altura de sus ojos (5,2 metros nada más), veríamos que tiene una señora melondra que de ser real sólo podría usar camisas de botones. Por otro lado, el gachupino este gastaba unas manos de abanicador de multitudes, parecen aspas de molinos. Se discuten muchas teorías sobre su pose y expresión, unos dicen que es justo antes de atacar al gigante, otros que justo después de vencer, lo único que os digo yo es que, sea cuando fuere, hacía mucho mucho frío. Para terminar, esta escultura ha sufrido más de un revés, nada más terminarla, una muchedumbre la apedreó porque no la querían en la plaza. En otra ocasión le cayó un rayo. Durante una revuelta le amputaron un brazo y la dejaron así 16 años. Y no hace mucho un locuelo le machacó el meñique con un martillo. Su alegación: “Me miraba mal”.

De fuera a adentro, "el David" en detalle incluída la controvertida expresión facial.



Dejo este video de la galeria para los que quieran saber un poco más de su aspecto. No es mío:




Hasta aquí llego por hoy. Seguiré con Florencia.
¡Hasta Pronto!

miércoles, 8 de diciembre de 2010

SANTA MARÍA DEL FIORE, EL CAMPANARIO DE GIOTTO Y EL BAPTISTERIO (FLORENCIA II)

Continuando con el relato de Florencia (I), me meto de lleno a mostraros el conjunto que conforman estas obras maestras en la mejor plaza florentina.

La Basílica de Santa Maria del Fiore es la catedral (duomo) de Florencia. Una de las iglesias más grandes de italia, y el mayor punto de interés de Florencia, Santa María del Fiore es, para muchos, la primera obra maestra de la arquitectura renacentista.

Skyline de la plaza fiorentina.

Foto de la plaza con un efecto raro raro raro. (No hace falta decir que no es mía)


Aunque la iglesia fue diseñada por Arnolfo di cambio en 1296, la cúpula no se empezó a construir hasta principios del siglo XV. Di Cambio llevaba mucho tiempo muerto, y ninguno de los arquitectos de la época sabía como construir una estructura tan colosal, puesto que en Florencia estaba prohibido utilizar contrafuertes y el mortero tardaba varios días en secarse.

Espectacular frontal de la Basílica

Lateral de la Basílica.


Pero no todo estaba perdido. En un sorprendente giro de los acontecimientos, Filippo Brunelleschi, arquitecto que había sido derrotado en un concurso para diseñar las puertas del baptisterio, ganó en la competición para construir la cúpula. Y lo hizo por delante de Lorenzo Ghilberti que previamente le había derrotado.

Contrafuertes de la cúpula.


Brunelleschi inventó máquinas para subir los ladrillos de la cúpula de modo que llegaran hasta los albañiles, y consiguió construir toda la cúpula, de 115m de altura, sin usar cimbra (una estructura de apoyo para sostener la bóveda mientras se colocan los ladrillos). Este método fue revolucionario ya que otra opción que se barajaba era rellenar toda la catedral con tierra para construir la cúpula encima. Con más de cuatro millones de ladrillos, la cúpula quedó terminada en 1436. En 1446, tras la muerte de Brunelleschi, se añadió la linterna. Cuando se terminó esta catredral, resultó ser la mayor de Europa con capacidad para 30.000 personas recién duchadas. Actualmente es la quinta más grande según la wikipedia.

La magnífica cúpula que tantos dolores de cabeza dio.

Aquí es donde caben 30.000 gachupinos...

... y esto es lo que miran cuando están a punto de asfixiarse... por lo menos es bonito.


La primera vez que vi la catedral fue todo un shock. Veníamos de celebrar mi cumpleaños en el restaurante, semiperdidos por las callejuelas de otra época del centro florentino y en total soledad por la ya entrada noche. Fue así, zigzagueando, cuando al girar a la izquierda en una esquina cualquiera y sin previo aviso (¡coñe, estas cosas se avisan, que luego la gente se atraganta!), apareció orgulloso, inmenso e inamovible, el culamen más grande y a la vez bonito que jamás he visto. ¡Vaya trasero que gasta la catedral! No veas la impresión al ver y reconocer esa grandiosa construcción en mármol tricolor (curiosamente comparte los colores de la bandera italiana con tres tipos de mármol diferentes, blanco, verde y rojo), y vaya hermosura de cúpula, más grande que la esperanza de un pobre, por la que tantas horas había estado trepando (en el Assassin's Creed). Cuando pude reaccionar y separar la vista de tamaño espectáculo miré instintivamente a la izquierda buscando a un gigante conocido y allí estaba. ¡Vaya preciosidad el Campanario de Giotto!

Culamen de Santa María del Fiore

Aunque no lo parezca, esto es lo que se ve del Campanario si te tumbas a sus pies boca arriba.
(El ojo humano capta muchas más cosas que una mala cámara de fotos)


Aunque lo empezó el célebre arquitecto y pintor Giotto di Bondone en 1334, mientras ejercía de capataz en la construcción de la catedral, este famoso campanario gótico aún no estaba terminado cuando Giotto falleció. Andrea Pisano le relevó, pero en 1348 murió víctima de la Peste Negra.

En 1359 la torre fue completada por Francesco Talenti, que se apartó del plan original de Giotto en el diseño de las tres plantas superiores. Lo que hizo fue agrandar cada planta de modo que, al ver la torre desde abajo, la perspectiva hace que los tres pisos parezcan del mismo tamaño.

Vista de la torre desde su base


La torre está recubierta de mármol blanco de Carrara, mármol rojo de Siena y mármol verde de Prato (al igual que la catedral). Para llegar a la cúspide hay que subir 414 escalones en forma de espiral asi que sólo es apto para gente con buenas patejas. Por cierto, vi a un padre subir con mochila modelo turistón y crío de unos 4 años en un arnés al pecho, ¡olé! (true history).

Torre desde la propia catedral


En una de las casas colindantes, que seguro que tienen su propia historia pero la desconozco, hay dos grandes esculturas de dos hombres de vestimentas de épocas dispares entre si. Se trata de Arnolfo di Cambio, quien diseñó y construyó la mayor parte del duomo y, a su derecha Filippo Bruneleschi, quien observa pensativamente su obra capital.

Arnolfo y su colega, Brunelleschi, descansando después de tanto trabajo


Volviendo a la Catedral, ya por la parte delantera se te cae la babáncana al ver la preciosa fachada con los incontables detalles que la adornan. Entre el Duomo y la torre, casi se me parte el cuello de mirar para arriba, eso sí, no paré hasta que encontré un relieve de Wally. Justo delante de la puerta principal se encuentra el Baptisterio, que sigue la estética de los demás. De él es destacable la puerta principal cubierta de detalles a cascoporro y diseñada por el archienemigo de Brunelleschi, Lorenzo Ghilberti.

Baptisterio


Se cree que el Baptisterio es el edificio en pie más antiguo de la ciudad. Se cree, debido a las excavaciones que así lo apuntan, que el Baptisterio se encuentra sobre un edificio romano de la antigua Florentia (probablemente una torre de guardia). Con certeza se sabe que en el siglo IV se construyó un primer baptisterio octogonal en ese emplazamiento. Más tarde en el siglo VI, Theolinda, reina de los Lombardos, construyó el primer baptisterio cristiano sobre el anterior para conmemorar la conversión de su marido. Se convirtió así en la segunda basílica extramuros (después de la que se conoce ahora como la basílica de San Lorenzo). La forma actual comenzó a construirse en el año 1.059 y poco a poco se le dio forma hasta que entre los siglos XIV y XVI se le añadieron las famosas puertas entre las que se encuentra la de Ghiberti.

Interior del Baptisterio


Ghiberti, a la edad de tan sólo 21 años, ganó el concurso para construir las preciosas puertas en bronce. Tardó 21 largos años en completarlas y el resultado es inmejorable. Las puertas constan de 28 paneles de bronce tallado, 20 de los cuales representan escenas bíblicas del nuevo testamento y las 8 restantes a algunos de los evangelistas de moda. Tras 21 años haciendo el mismo trabajo con tan genial resultado, se cubrió de fama y recibió encargos a punta pala incluyendo algunos del mismísimo Papa. No obstante, el encargo que más me ha llamado la atención es el de realizar las Puertas Este del mismo Baptisterio fiorentino, para el cual, tan sólo tardó con la ayuda de su equipo de artistas la friolera de 27 años. En total, 48 años de su vida haciendo cuatro puertas, eso sí, muy cucas.

Puerta Norte (la de 21 añicos de construcción)

Puerta Este (Puerta Paraíso de Ghiberti, la de 27 añicos de currele,
nótese que molan bastante más que las otras, en parte porque usa la perspectiva cónica)


Para terminar, mencionar que esta plaza es impresionante. Tanto de día como de noche, aunque prefiero la segunda opción, cuando los turistas están durmiendo ó comprándose piernas nuevas en el mercado negro, detrás del hospital, junto al cementerio. Lo de tener esas tres maravillas prácticamente para ti sólo es una gozada. Verlo, con o sin luz, es como ver dos sitios completamente nuevos. Por el día, las partes de mármol blanco brillan que da gusto, más aún ahora que acaban de pasarles la balleta (ya tocaba). Por la noche dan ganas de tumbarse en una hamaca para admirarlos sin perder detalle ni vértebras. Por desgracia, las visitas a su interior son sólo de día y hay tantos turistas que se te van las ganas de entrar sólo por no tener que esperar horas al sol (esto último me ha recordado que cuando fui a Port Aventura con 15 años esperé sin rechistar 2 horas para subir al Dragon Khan, en fin, otros tiempos, ahora no tengo paciencia, me lo ha debido pegar M.). La catedral creo que costaba 6-8€, el baptisterio lo desconozco y la torre eran 6€ (más las rodillas nuevas). Me hubiera gustado mucho subir a la torre pero al final lo dejé para la próxima porque no vi ningún montón de paja en los alrededores. Aparte, después de 7 horas (sí, siete en letra) de patear museos hubiera llegado a la cima con los muñones y habría tenido que bajar haciendo la supercroqueta.

Para terminar, vuelvo a dejar el video que preparé por si queréis verlo sin tener que volver al anterior capítulo:

Continuaré el relato con la Galería de la Academia. ¡Hasta pronto!

viernes, 3 de diciembre de 2010

FLORENCIA (I)

Tras el rollo macabeo que os habrá supuesto leer el artículo sobre Roma, este he decidido hacerlo mucho más escueto... ¡Venga ya! Florencia me encantó y, aunque estuve sólo dos días me dio tiempo a ver un millón de cosas. También es verdad que no voy a comentar todas, los cuadros y las esculturas, salvo casos puntuales, me los voy a ahorrar. Aun así, arduo trabajo es el que me espera. Lo que si voy a hacer es partir la entrada en trocitos y así lo digerís mejor.

Empiezo con el video:



LA HISTORIA

Florencia (Firenze en versión original) es una ciudad de 370.000 habitantes. Su origen se remonta a la época romana. En el 59 a. C. Julio César quiso tener un ejército en esa ubicación y creó Florentia para darles cobijo junto al río Arno. Fue capital de Italia durante 6 años en 1865 durante la Unificación Italiana. En la edad media fue un importante centro cultural, económico y financiero. Tenían bancos a cascoporro, hasta el más tonto tenía uno. Fijaos si fueron importantes que llegaron a imponer en gran parte de Europa el Florín de oro como moneda de moda. En Florencia se originó en el s.XIV el movimiento artístico denominado Renacimiento. De esta ciudad surgieron las tortugas ninja, Leonardo, Miguel Ángel, Donatello, Rafael, ... y muchos otros autores como Verrochio, Fraangelico, Giotto, Lippi, Botticelli, Alberti, Brunelleschi, Dante y Maquiavelo.


Los famosos pintores de fiesta loca

Maqueta de la Florentia del ejército romano

Cuadro de la Florencia medieval


MI HISTORIA (LA QUE MOLA)

Salimos de Roma en tren hacia Florencia. El tren salió puntual y nos tocó el mítico trenecito con compartimentos de seis viajeros. En plan “el de Harry Potter” pero de este siglo. Hasta pasó un gachupino con disfraz de botones, un carrito enano y una campanilla vendiendo caramelos y chocolatinas. Si alguna vez vais en este tipo de trenes, sabed que hay mucho listillo que se sentará en el primer asiento que pille. Están numerados y puede ser el vuestro. Que no os engañen. El tren en si es muy cómodo, fresquito y rápido. Creo recordar que tardamos como dos horas en llegar a Florencia, eso si, aquí hubo un pequeño problema. El tren directo te deja en la estación más externa de Florencia (Florencia Rifredi). Una vez allí nos informamos y descubrimos que existe un tren gratuito que pasa cada poco tiempo y que te lleva los tres kilómetros que separan la estación externa de la estación correcta (Santa María Novella ó Firenze S.M.N. como pone en los carteles). Un consejito financiero sobre los trenes italianos. El sistema ferroviario de los vecinos de la península itálica es francamente bueno. Es complicado encontrar un destino mínimamente grande al que no lleguen varios trenes al día. Si tenéis que utilizar un regional, es barato aunque tendréis que invertir mucho tiempo por la cantidad de paradas pero, si tenéis la posibilidad de encontrar un tren más “directo”, (aquí viene el consejo) entrad en la web www.trenitalia.it y sacadlo con antelación. Si lo sacáis con la suficiente premura podéis conseguir hasta un 30% de descuento, que no es poco.

Distancia entre las 2 estaciones (Rifredi y SMN)


Llegamos a Florencia el mejor día del año, el 9 de agosto. Bonita estación la que tienen estos florentinos. Como de costumbre, mucha gente durmiendo por los suelos, tanto viajeros como gente que quisiera viajar pero no puede (no tienen posibles, abuela). Al salir de la estación un sol de justicia nos obligó a hacer una reverencia. ¡Madre mía qué calor hace en pleno agosto y a medio día!.

Interior de la estación un día de huelga porque cuando fui yo estaba hasta arriba.


Nada más acostumbrar la lomera al calor abrasador y las miraderas a la intensa luz, lo primero que vi fue la increíble Iglesia de Santa Maria Novella, la cual da el nombre a la estación de ferrocarril y ofrece gentilmente el culamen a todo viajero que sale de ella. La parte trasera no está mal pero lo interesante está en la fachada así que aconsejo que os molestéis en andar lo poco que hace falta para ver la delantera. De todas formas, de esta iglesia hablaré más adelante. Era el momento de encotnrar el hostal.

Culamen de Santa María Novella

Fachada de Santa María Novella, ¿a que es más interesante que el culamen?


Anduvimos diez minutos aproximadamente con las maleticas a cuestas y con el GPS en huelga hasta que llegamos al hostal. Maldita sea la estampa del GPS que siempre que se ha fastidiado, aunque hayan sido pocas veces, ha sido cuando lo necesito de verdad o cuando tengo que presumir de él. Se llamaba hostal "Residenza le Rondini" y estaba a 3 minutejos de la Basílica de San Lorenzo, al norte del centro histórico de Florencia. No era el más barato pero sí el que más confianza inspiraba por ese precio, además estaba cerca de la estación y eso al final se nota a la hora de la comodidad. Se trata de un hostal humilde, de estilo clásico/antiguo y, como todo lo clásico/antiguo que se precie, estaba en un maldito cuarto piso sin ascensor, eso si, con esas escaleronas viejas que cada escalera apenas subes nada en vertical y, que además, te dan ganas de patear al arquitecto porque la huella de la escalera es anormalmente larga (unos 2 pies), lo que hace que cada dos pasos des un traspiés para seguir la marcha y que de paso acabes con dolor de riñones. Como puntos positivos destaco la simpatía y predisposición de los empleados, que sin pedirles nada nos lo dieron todo y nos guiaron por la ciudad con sus consejos de autóctono resabiado. También destaco como positivo el hecho de que admiten tarjeta de crédito. Por otro lado, como puntos negativos he de destacar que no tiene cocina de uso común, es viejecillo, no tiene ascensor y el aire acondicionado que en la web publicitan resulta ser uno de esos pingüinos portátiles que por un lado enfrían y por otro calientan el doble. De esos que tienes que sacar la manguera por la ventana para regalarle el calorcillo al desgraciado vecino más próximo, y por lo que casi pierdo la vida de forma indirecta. ¿Cómo? Os preguntaréis. Lo aclaro:

Bien, al dejar la ventanica abierta para que refrescara por la noche una horda de diminutos y demoníacos banqueros alados, entró silenciosamente para realizar conmigo un infernal trueque en el que por su puesto iba a salir perdiendo y no por el T.A.E o el I.B.I. ó el I.R.P.F.... (voz de Henrry Felgueroso ON) ¡Compañero del metal! Chupáronme la sangre, chupáronme la sangre... hasta casa Dios. ¡Cagon mi máquina! Dejáronme a cambio avones y pústulaciones que al día siguiente metía miedo como el Guayomin sin maquillar. Los paisanos furiatones se apartaban de mi como si fuera un leprosín tosiendo en el Molinón. Creo yo que cada bicho de esos valía para una transfusión de urgencia, y si no, a uno de esos le haces tragar 4 granos de arroz y menuda morcillona buena pa las fabes saldría. El ejército debería estudiarlos para averiguar como transportar tanto peso con tan poco cuerpo. Revolucionaría la aerotransportación.

Lo que pasó por la noche...
...lo que pasó de día. Foto mía después del maléfico ataque de los mosquitos.
Obsérvese la reacción de los ciudadanos. Si, es más intensa de lo normal.


Volviendo al tema del hostal. A pesar de los puntos negativos (excepto del de los mosquitos), por precio y situación fue una decisión acertada. He de mencionar también que en el hostal este se administran un poquito mal porque al llegar no tenían nuestro guariche. Lo bueno de esto es que lo solucionaron ofreciéndonos una mejor por el mismo precio. En concreto una suite con terraza y excusado (para los que se estén riendo del finolismo, siempre queda mejor decir excusado que cagadero, aunque lo digas con acento francés “cagadegó”).

Ubicación del hostal en Street View


En este momento llegó la mayor sorpresa del viaje, pero antes, tengo que poneros en antecedentes ya que creo que hasta ahora no lo he aclarado. Este viaje lo hice en compañía de otra persona, una buena amiga que conocí en Viena, S.. S. sabía que el mejor día del año (lo que viene siendo el 9 de agosto, digan lo que digan) es mi cumpleaños y, como le parecía tristérrimo que no lo celebrara ó que lo celebrara yo sólo tan lejos de casa, decidió prepararme una fiesta sorpresa. Fue todo un detalle por su parte. Por lo que se, se dedicó a mover hilos entre mis amigos de Viena, que ella también conocía, a través de las poderosas redes sociales y trató de organizar algo prácticamente imposible. Al llegar al hostal, me lo confesó todo y me dio la extraordinaria noticia de que había logrado convencer a K. y a su novia A. para que cambiaran sus planes de visitar Grecia y que en su lugar viajaran por la bella Italia y, que concretamente, el 9 y 10 estuvieran en Florencia. Imaginaos mi sorpresa cuando vi al rubiales acercándose por la calle con su sonrrisilla de Jocker. No daba crédito a mis propios ojos.

Tras desempolvar el inglés con los respectivos saludos y algún que otro “What the f*** are you doing here?”, nos dirigimos a la plaza del Mercado Central donde debido a la hora comimos y disfrutamos del ambiente toscano de capital. Comimos sendos paninis (lo que viene siendo un bocata) preparados in situ por la charcutera jefa de una tiendecita octogenaria de un rincón de la plaza. Muy recomendables aunque el precio no corresponde con el de un bocata. Acabé llegando a la conclusión de que es más económico comer una pizza recién hecha y de restaurante que cualquier otra cosa (depende de qué pizza, claro está). Tras la comida y la charla nos despedimos hasta la noche.

Plaza del mercado Central. La charcutería está detrás de los árboles.


Al anochecer, antes de que el ilustrísimo ayuntamiento fiorentino prendiera las luminarias, K&A se acercaron a nuestro hostal. No les costó mucho puesto que estaban alojados en un hotel puerta con puerta con el nuestro. La idea era ir a cenar pero me sorprendieron con unos regalos y nos quedamos charlando un buen rato. K., fiel y a la vez infiel a sus costumbres, me regaló una botella (parte fiel) de ron (parte infiel porque siempre siempre era vodka ó algo relacionado con el vodka que para algo es su producto nacional del que tan orgulloso se siente). Como dicta el Real Decreto 1513/2006 el cual establece las Enseñanzas mínimas de la Educación Primaria (true history), era de menester abrirla y brindar entre todos aunque Drácula siguiera en la caja de pino. Por ello, tras dos horas de charla intercalada con brindis varios (¡por nosotros!, ¡por el futuro!, ¡por que no haya cucarachas!, ¡por el Rey de Gondor!...), partimos hacia el restaurante, el cual, estaba juto a la Iglesia de la Santísima Trinidad, a una media hora o quizá un poco más, de nuestra posición, en la otra punta del centro de la urbe.

Callejuelas de florencia de noche


Llegamos al restaurante “Le Campane” un poco tarde. De hecho fuimos los últimos en llegar y en marcharnos (por poco). Como se lo que fastidia esto al personal, tratamos de comer rapidito y así lo hicimos aunque sin atropellos. Cenar lo que se dice cenar.... cenamos de miedo. Todo exquisito, recién hecho y a la carta. Acompañamos con vino tinto toscano que hizo honor a su fama (ni punto de comparación con los vinos “tintos” austriacos aunque nada que envidiar de los buenos caldos españoles, es decir, vino en condiciones). Como hablaré de la gastronomía en su correspondiente apartado, tras pagar la cuenta nos dirigimos, un poco contentos, a hacer turismo nocturno. Pobrecilla S. que no le gusta el alcohol y nos tuvo que aguantar la tontería. Además, ella era la única autóctona del grupo y, siendo de Nápoles estaba empeñada en que ir de noche por cualquier ciudad italiana es tan peligroso como por su ciudad. Por suerte no estaba en lo cierto. Florencia es una ciudad encantadora, tirando a pequeña y por lo que vimos, al menos en el centro turístico es muy tranquila. Esa noche era un lunes cualquiera y anduvimos hasta las dos de la mañana sin parar de encontrarnos con gente que salía a tomar algo por los pubs o simplemente a pasear. Lo mejor de todo, es que sólo había un 5% de la gente que se mueve por el día ó incluso menos. Asi que, fue una delicia y un privilegio el poder observar los edificios más emblemáticos prácticamente desiertos, para nosotros solos, como si fueran nuestros. Esa atmósfera maravillosa me convenció para volver algún día a terminar de visitar todo lo que dejé pendiente. Así que, queridos lectores, a vosotros dos os aconsejo que si vais disfrutéis de un paseo a medianoche. Encontraréis una ciudad completamente diferente y de belleza insuperable. No olvidaré este cumpleaños.

Al día siguiente tocó un mega intensivo de cultura (todavía lo estoy asimilando). Fuimos al museo de la Academia y a la Galería de los Oficios (Galleria degli Uffizi). No olvidéis llevar agua a estos sitios. Prácticamente en cualquier rincón podéis comprarla menos dentro de estos sitios. No olvidéis tampoco, al igual que con los Museos Vaticanos, el comprar los tickets online y con antelación. Os podéis ahorrar muchísimo tiempo de espera bajo el Sol abrasador aunque un ratito no os lo quita nadie, ratito en el que veréis lo que es pasar calor y así os alegraréis más al entrar. Los de mente malévola se reirán de los desgraciados que tienen que seguir fuera varias horas, los de mente pura los compadecerán y otros pasarán del tema directamente. Este día sirvió también para callejear un poco más descubriendo sitios como la “falsa casa de Dante” (la auténtica se quemó/la quemaron), el Palacio Vecchio, el puente del mismo nombre y mil pequeñas cosas más.

Al mencionar lo de comprar agua he recordado que que en Florencia son un poquitito careros para todo (menos el café y la pizza) también en los supermercados aunque por lo que nos dijo el tipo del hostal, si te alejas algo del centro puedes encontrar mejores precios. Si estáis vagos, en la misma plaza del mercado central tenés un mini-super de precios atracativos. Ya que me he puesto con el tema de las compras, Florencia es famosa por sus productos fabricados en cuero curtido como cinturones, guantes, bolsos y carteras, etc., y también, son famosos los productos en seda como las corbatas, pareos y pañuelos. La joyería tuvo mucha importancia antaño y de ello quedan numerosas muestras, especialmente en el Puente Vechio. Todos estos productos los podéis encontrar en los numerosos mercadillos. En cuanto tienen cinco metros cuadrados montan una tiendecilla portátil de estos productos. Si los mercadillos no son de vuestra confianza porque el precio es irrisorio, podéis dirigiros a las mil tiendas más chic que de seguro aplican mayor margen de beneficio. De todas formas, el precio no están mal. Es fácil encontrar corbatas de seda (en tienda) por 12 – 15€. Por otro lado, está el otro tipo de “comercios”, los ultraligeros del sistema mercantil, los manteros (esa gentecilla que seguramente no tiene donde caerse muerta y que se ve obligada a vender todo tipo de mercancía de dudosa procedencia y a salir por patas cuando se acerca la policía). La primera vez que estuve en Florencia los personajillos estos se dedicaban a la venta indiscriminada de bolsos de imitación de Peluche&Palangana o gafas de sol de Perrera. Sin embargo, esta vez el éxito de ventas recaía en los cuadros famosos impresos en papel fotográfico DIN-A3. Los extendían por el suelo en cualquier parte, y había que andar con mil ojos para no pisar la sonrrisilla de “La Gioconda”.

Mercadillo del porcellino

Mercado del Puente Vecchio. Sobretodo joyería. No soñéis con verlo
así de vacío a menos que vayáis de noche.

Mercadillo de San Lorenzo (sección especial de cuero)


Poco más puedo añadir sin intervenir directamente en los relatos de los distintos monumentos y, como he decidido partir las entradas hiperlargas en varias más asequibles para los lectores, me despido aquí y pronto iré subiendo alguna cosilla más.

Próximamente en sus ordenadores: “Santa María del Fiore y el Campanario de Giotto (Florencia II)"

domingo, 26 de septiembre de 2010

ROMA

Como ya sabréis la mayoría, este verano decidí ir a Italia de vacaciones. Aproveché los vuelos baratunos para ganado que oferta Ryanair y tiré para allí. Ya sabéis lo que opino de Ryanair y si no lo sabéis lo repito. Ryanair ha pasado de ser una compañía de low-cost a ser un mercadillo bochornoso. Un circo con alas. De no ser por los precios y porque el vuelo era corto no volvería con ellos. Me saca de mis casillas eso de que te intenten vender de todo mientras tu intentas dormir de mala forma porque el asiento no es reclinable (estoy convencido de que es para que no puedas dormir precisamente y así compres algo por aburrimiento). Odio también el volumen infernal de los altavoces y, por odiar, odio hasta que no asignen un maldito número de asiento. La gente entra en el avión que parece que regalan algo. Una pequeña reflexión. ¿Porqué la gente, en las salas de espera del aeropuerto, se levantan 30 minutos antes de que empiecen a embarcar? si hasta que no suba el último (que suelo ser yo) el avión no despegará. No se si son peores estos ó los que se ponen de pie 29 minutos antes de que abran la puerta y se tiran los últimos de la fila 40 minutos de pie. Yo creo que hay algo social en todo esto, porque creo que lo hacen por reflejo no porque no caigan en la situación. En fin, al lío.


LA LLEGADA

Volvamos al avión, el vuelo bien, me tocó ventanilla con lo cual lo veía todo. La pega es que el altavoz con las ofertas de última hora suena más fuerte en la ventanilla por la disposición que tiene, pero bueno. Los Pirineos preciosos, por la costa catalana una tormenta bastante maja, Cerdeña preciosa y llena de turistas también y la tormentaza que había sobre la noche de Roma le daba un aire interesante. Lo malo de las tormentas de verano son dos cosas, los rayos y el aire que a veces mueven. En esta había las dos cosas y cuando estábamos acercándonos para aterrizar, ya perdiendo altura que se distinguían las calvas de los viandantes, en ese momento había un aire racheado que parecía el cierzo cuando se levanta con el pie izquierdo. El aire movía el avión de izquierda a derecha con golpes fuertes y el piloto, acto seguido, lo intentaba corregir. Eran golpes violentos como ya decía y según nos acercábamos más al suelo eran peores. Francamente, cuando estábamos cerca del mismo, no se oía respirar a nadie en todo el avión. En este punto cercano al suelo, vino una racha más violenta todavía. El piloto dio un acelerón y ahí pensé que su intención era volver a subir y probar suerte más tarde. Las oscilaciones del avión eran demasiado bruscas. De repente, soltó el acelerador, bajó como 10 metros en un plis y tocó suelo de mala manera. Una nueva ráfaga de viento golpeó el avión antes de que la rueda delantera tocara el suelo y las migraciones gonadienses gargantiles se contaron a docenas entre el pasaje. Por fin posó la rueda delantera justo cuando el viento cesó. Entonces pisó el freno como si quisiera despellejar la pista. El viento golpeó el avión con tal fuerza mientras íbamos tan rápido que la imagen que me vino la cabeza es que acabaríamos cruzando la aeronave por la pista como un coche de rally en gravilla. El avión se balanceaba tanto que parecía que iba a perder la tracción con las ruedas izquierdas como si fuera a volcar. Finalmente paró, momento en el cual se oyó un suspiro sincero y tan al unísono que no me quedó claro si fuimos los pasajeros ó el piloto por el altavoz. Por supuesto la gente aplaudió e incluso alguno se dejó llevar gritando “¡Piloto, Olé tus c****es!” (puede que fuera yo, no lo recuerdo). En resumen, el peor aterrizaje de mi vida pero la sensación de librase por los pelos no tiene precio.

Esa noche la tenía que pasar en el aeropuerto, así que nada más bajar del avión miré a ver que tal estaba el aeropuerto de Ciampino. ¡La primera en la frente!. Salí y vi la sala de llegadas. Sería de unos cien metros cuadrados, con lavabos, tiendecitas de comida y otros servicios. Estas cerraban a las diez. No hay problema me dije. Voy a buscar el área de salidas. Fui para allí y una maravilla. Era mucho más grande, con máquinas expendedoras, etc. ¡La segunda en la frente!. Vi una cartel en todas las puertas: Zona de salidas cerrada de 12 a 04h. “Chachi, a dormir al cuchitril de Joe”. Como no me hacía ninguna ilusión, por allí anduve deambulando en la calle a la fresca hasta la una de la mañana. En la sala de llegadas había como 50 personas durmiendo por el suelo y, en medio de todos, una panda de gilipo**** que no paraban de dar voces supongo que por alguna lesión cerebral. A las dos de la mañana ya estaba lo suficientemente cansado de deambular y me busqué un rincón detrás de unas máquinas al estilo “21 días” cuando a Samanta Villar, la prota, le dio por vivir en la calle y un sintecho le enseñó el truquito de esconderse detrás de las máquinas en el aeropuerto de Barajas (para que luego digan que la tele no enseña cosas útiles). Me puse la música y a dormir sobre la toalla de Decathlon, la de 2mm de grosor, hasta las cuatro de la mañana. A las cuatro entró una pulidora de suelo y echaron a todos los tirados para limpiar. Yo me salvé por estar semiescondido pero el ruidito que producía era de lo mejor que han inventado para no dormir. (Efectiveness ratio del 95%) Resumen: dormí unas cuatro horas. A las 8 arriba que toca ver Roma.


LA HISTORIA

Roma es la actual capital de Italia. Situada en la región de Lacio, atravesada por el río Tiber y a orillas del mar Tirreno (bueno a 20km). Por cierto, hablando del mar este, lo quieren privatizar y si no eres romano tendrás que pagar una tasa por bañarte. La población de Roma es de 2,500,000 habitantes pero si se tienen en cuenta las del área metropolitana, la cifra sube hasta los 4,5 millones. Roma es también la capital del catolicismo y en su área está incluida el estado del Vaticano. No se sabe con certeza de donde proviene el nombre de la ciudad. Dice la gente que proviene de la leyenda de su fundador Rómulo pero lo más seguro es que este señor nunca existió, sino que lo inventaron precisamente para explicar el nombre de la ciudad con una historia más misteriosa. Otra teoría es que Roma significa “ciudad sobre el río” (Tiber). Sea como fuere, la fecha de origen de esta ciudad también es desconocida. Si hacemos caso de lo que los antiguos romanos dicen, su fundación fue en el 753 a. C.. Sin embargo, se han encontrado restos más antiguos. Esto resulta porque, como ya he mencionado, los romanos querían darle misterio a su ciudad y la rodearon de leyendas. No querían que la gente supiera que Roma surgió de un conjunto de aldeas de cabras que creció mucho y se expandió. Bueno, voy a centrarme en contar mi experiencia. El que quiera saber datos técnicos que le pregunte al Sr. Google que sobre Roma se han escrito mil libros y si no, no termino en la vida.


CURIOSIDADES

Aunque estuve tres maravillosos y matadores días en Roma, no vi casi nada. Esto es debido a mi estilo inconfundible para hacer turismo basado en ir despacito pero disfrutando cada momento y detalle. También es debido a la confianza en mi juventud y potencial, esto es, soy joven y me va a tocar la lotería un día de estos (el día que juegue seguramente) así que como tengo toda la vida por delante para viajar no merece la pena matarse de más. Se que mucha gente no compartirá esto conmigo así que, les sugiero que se abstengan de “turistear” conmigo.

Me gustaría recomendar a la gente que se lo pueda permitir (unos 50€/día) que alquile una scooter ó una vespa para desplazarse, en la propia estación de Termini está el negocio de alquiler posiblemente más barato y conveniente. El caso es que andar por Roma es una paliza, los adoquines acaban matando, pero bueno, merece la pena ver la ciudad aunque sea a costa de unas ampollas. Por otro lado, el metro no está mal. Existen dos líneas, una que cruza la ciudad de norte a sur y la otra que la cruza de este a oeste y que tiene una parada cerca de cada monumento famoso (más ó menos). En el metro hay que tener cuidado con la estación de Termini por dos razones. La primera es que no se que narices pasa pero si quieres ir de una linea a otra tienes que dar una vuelta descomunal, en serio os digo que mínimo pierdes entre 10 y 15 minutos caminando y subiendo y bajando escaleras como las cabras. O está mal hecha ó está mal señalizada porque me pasó 3 veces y la primera pudo ser culpa mía pero las siguientes no, ya que iba ya escarmentado y me fijé en los carteles mejor que lo que se fija uno en el saldo de la cuenta cuando te pagan a fin de mes. La segunda razón es que, al ser la conjunción de las dos lineas, más trenes y autobuses, siempre está llenísima de gente. En las demás estaciones no hay problemas de congregaciones. Me gustaría mencionar un aspecto en el que España e Italia se parecen mucho, a la hora de subirse al transporte público se hace en modo “a tropel y sálvese quien pueda”. Esto me lleva a otra pregunta que me ronda la mente siempre que veo esto, es básicamente la misma que con los aviones. ¿No se da cuenta la gente de que si no permiten primero a la gente bajar del tren no se puede subir cómodamente y que hasta que no se baja el último del tren y sube el último pasajero y se despeja el andén el tren no va a moverse? Esto debe ser algo social también. Pensaréis que exagero pero no es así y lo siguiente no me lo estoy inventando. En plena hora punta, cuando el metro de Termini está a tope y un poco más, había empleados al más puro estilo japonés empujando a la gente para llenar los vagones hasta límites insospechados.

Mapa del metro por si os hace falta, las líneas de metro son la azul y la naranja.


También a tener en cuenta, en Termini sobre todo, es que en las máquinas expendedoras de billetes se ponen CARADURAS para sacarte ellos el billete cuando es completamente innecesario porque la máquina está en varios idiomas y básicamente es darle dos toques con el dedo y meter la moneda. En fin, que se te adelantan, le dan dos toques, esperan que metas tu la moneda con una sonrisita y te piden de paso el sueldo por su titánico esfuerzo. Si no les das te ponen mala cara y juran en arameo. Vamos, son básicamente gorrillas de máquinas expendedoras pero con la ventaja de que no te pueden rallar el coche cuando te marches. Hay bastantes mendigos en Roma, se ve que la crisis está muy presente y como es una ciudad cálida y con mucho turista sobreviven bien. Yo creo que muchos de ellos son mendigos profesionales, es decir, que trabajan sacándoles los cuartos con horario fijo semanal a la gente de buen corazón. No os fiéis. Tampoco os fiéis de determinada gentuza, fácilmente reconocibles porque se les ve en la cara, que se dedican al hurto en la estación de Termini pero ya en la parte de los trenes. Fui testigo de como un policía las conocía (eran mujeres) de otras veces y literalmente las mandó donde amargan los pepinos con peores palabras que las mías. Dicho esto, y recordando que no es nada que no se vea en las grandes ciudades españolas, quiero recalcar que el resto de los italianos son muy amables y simpáticos.

Me gustaría recomendar el B&B donde me alojé, se llamaba B&B Cleopatra y ha sido abierto recientemente, todo está nuevo, tele, aire acondicionado (imprescindible en los veranos romanos), baño en la habitación, desayuno inmenso cada día y a cualquier hora, a 2 minutos del metro “Pirámide” en la Plaza Ostiense y, lo mejor de todo, es que como lo acaban de abrir, los precios son ridículos para todo lo que ofrecen.


LOS MONUMENTOS

El Coliseo
Sin duda alguna, cuando se habla de Roma, la imagen que viene a la cabeza de cualquiera es el Coliseo, si no, es porque será de la L.O.G.S.E y lo siento por ellos. El Coliseo, como su propio nombre indica es colosal. Según salí por la boca de metro que lleva su nombre, me encontré de frente con “la parte buena” del mismo y en ese momento es cuando alucinas con los romanos antiguos. ¡Vaya espectáculo!. Si esto es así ahora, ¿cómo sería en pleno apogeo de Roma? ¿Cómo sería con los revestimientos de mármol y las 80 estatuas a los dioses, una por cada arcada?. Un poquito de historia. Construido en 8 años por los prisioneros hebreos fue inaugurado en el año 80 de nuestra era. Al principio fue llamado Anfiteatro Flavio, aunque el saber popular le cambió el nombre con el tiempo. El aspecto derruido que tiene no es debido solamente a los terremotos ó a la guerra contra los normandos como mucha gente piensa. Si no que, desde la invasión normanda, quedó abandonado y la gente empleó gran parte de sus ladrillos en construir casas dejándolo pelado. Se dice que se podía haber construido toda una ciudad con los ladrillos que contenía en origen, así que, deduzco que media Roma contiene ladrillos colosales en este momento. Con sus 50m de altura y sus 188m por 156m de la elipse exterior, ahí donde lo veis y hace casi 1500 años, cuando llovía disponía de un sistema de poleas mediante el cual, con la fuerza de 80 marineros de la Flota Imperial, desplegaban una enorme tela que resguardaba del aguacero la gradería, la cual, se calcula podía albergar hasta 73.000 personas. Eso sí, necesitaban la ayuda del hombre del tiempo porque la operación de desplegar el toldo duraba 4 días. Fijaos la grandeza y la tecnología que albergaba que incluso tenía la capacidad de ser inundado en poco tiempo para representar batallas navales en su interior (naumaquias). Hoy en día, se organizan visitas al interior, si no recuerdo mal, por 20€ los adultos, motivo por el cual yo me la salté ya que lo había visitado hace años. Dentro se ve un poco demacrado, se ve todo el esqueleto de lo que eran los sótanos donde se encontraban las jaulas de las fieras y de los gladiadores, ya que, de la arena no queda nada.

El coliseo por fuera y por dentro


El Arco de Constantino
Justo al lado del Coliseo y a las puertas del Foro Romano, se encuentra el Arco de Constantino, de gran tamaño y belleza sorprende lo bien cuidado que está si lo comparamos con otras esculturas romanas más deterioradas (los foros sin ir más lejos están echos migas). La curiosidad e importancia de este monumento viene del hecho de que este arco, del año 312, fue construido con partes de otros arcos y monumentos, por lo que, se considera un museo en si mismo.


Los Foros
El Foro más cercano al Coliseo es el Foro Romano, también es el más grande. Foros en sí hay a patadas, concretamente en ese espacio hay cinco: Foro Romano, Foro Trajano, Foro de Julio César, Foro de Augusto y el Foro de Nerva. En cada uno hay mil cosas por ver entre palacios, templos, arcos, bibliotecas, termas, mercados, etc. Eso sí, pocas cosas son reconocibles porque están derruidas desde hace 1.000 años. Personalmente creo que mejoraría mucho el turismo en la ciudad si lo reconstruyeran aunque se destruyeran pruebas arqueológicas (ya debería quedar poco por remover). De todos los foros no voy a decir nada, sólo voy a mencionar el de Trajano, que se llamaba Trayano y es amigo mío por ser nacido en lo que ahora es España. Este emperador se encargó de conquistar Dacia (Rumanía hoy en día) y para recordarlo construyó el foro que lleva su nombre. De él lo más destacable es la Columna que, tras 19 siglos, sigue en su sitio y en perfecto estado de conservación. Es una columna hueca por cuyo interior se puede subir hasta la cima mediante una escalera de caracol. Toda la columna esta esculpida por el exterior narrando las batallas que se llevaron a cabo para conquistar Dacia y, por lo que se ve, son fieles los testimonios.

Foro de Trajano y su Columna.
Detalles de la Columna de Trajano

Foros, no sé cuales.


La Piazza Venezia
Llamada así por contener el Palacio Venecia de 1.455, no es este palacio lo que más destaca de ella. Lo que más destaca, sin duda alguna, es el Monumento a Víctor Manuel II, un enorme edificio blanco con forma de Templo y que costó 20 años realizarlo. Sus medidas: 135m de ancho y 70 enormes metros de altura. A sus pies, descansa el Altar de la Patria donde descansa la estatua al soldado desconocido. En el centro de la plaza hay una glorieta de césped que, aunque no esté hecha para eso, se puede convertir en un sitio perfecto para sentarse a admirar descomunal monumento.

Monumento a Victor Manuel II y tumba del soldado desconocido


La Pirámide Cestia
La Pirámide Cestia está situada al lado de la Puerta de San Pablo. De hecho forma parte de la Muralla Aureliana al igual que dicha puerta. Ambos están en el Piazzale Ostiense y merecen la pena al menos un vistazo. No os dejéis engañar por la apariencia de la Pirámide. Parece que está muy bien conservada y esto induce a pensar que la habrán hecho hace 15 minutos. Pues no. Esta pirámide lleva en ese mismo sitio desde el 53 a.C. Si si. 2.040 años. Su secreto reside en que, aunque la hicieron de ladrillo, la recubrieron de mármol y la erosión no ha hecho mella en ella. Sus medidas: 30m de lado por 40 de alto. La leyenda, hay muchas en Roma, dice que es la tumba de Rómulo. Cosa harta difícil cuando ese señor seguramente no existió. Lo que si es seguro, es que es la tumba de Cayo Cestio (con ese nombre y si además fue feo, debió pasarlo fatal en el instituto “Hey mira, ahí viene el Cayo malayo”). Según las inscripciones que tiene grabadas, a parte de decir que “Aquí yace Cayo Cestio” también explica cómo la construyeron y en cuanto tiempo. ¿Adivináis? Pues 330 días. Mucho más eficiente que los egipcios, aunque también es mucho más pequeña y, los ladrillos son fáciles de mover, por lo que, no hace falta la ayuda de los extraterrestres...

Pirámide de Cestia y la Puerta de San Pablo


El Vaticano
Como todo el mundo, salvo quizá los “logsianos” sabrá (si, hoy me ha dado por ir en vuestra contra.... lo malo es que creo que yo también estudié eso...), el Vaticano es un estado independiente y chiquitín chiquitín, gobernado por la iglesia y protegido por los bufón**, digo, por la Guardia Suiza (trabajo de vocación). Se encuentra más o menos en medio de Roma y, por lo tanto es de obligada visita. Más aún si tenemos en cuenta que es de lo mejor conservado y de lo que más riquezas culturales posee. Mi objetivo era claro. Quería ver la Capilla Sixtina. La razón, a parte de por ver las pinturas de Miguel Ángel porque, perdóneme Dios la herejía, en un video juego en el que encarnaba un asesino, entré allí mismo por el 1.503 (más ó menos) en misión secreta de matar al Papa. No os escandalicéis, que se trataba de Rodrigo de Borgia (el Papa Alejandro VI para los amigos), el cual, además de español, era un pieza de los de darles a comer a parte. Si lo que he leído sobre él es cierto, matarle era poco aunque al final, le perdoné la vida. Bueno, al hilo. Si queréis visitar la Capilla Sixtina, tenéis que ver por narices los Museos Vaticanos, ya que se accede a través de ellos. Un consejo, comprad el ticket de entrada por internet antes de ir. Si no, podéis tiraros muchas horas en la cola. El precio online era de unos 16€.

Entrada a los Museos Vaticanos.

Patio interior de los Museos Vaticanos

Guardia Suiza del Vaticano


Una vez dentro de los Museos Vaticanos, lo que vais a querer es salir. Gente a cascoporro haciendo fotos hasta a las cucarachas y merchandaisin por todas partes. A tener en cuenta que no hay aire acondicionado y hace un calor considerable en verano y más entre tanta gente. Me gustó muchísimo la rampa de acceso en forma helicoidal con grabados en las paredes, echad un vistazo (seguro que lo haréis). También son muy bonitos los jardines. El museo en si no está mal, esculturas tremendas de Dioses y santos (¿qué pintan antiguos dioses romanos en el Vaticano?), pinturas, frescos y joyas. Si hay cien millones de turistas pues hay mil millones de pinturas, están pintados hasta los enchufes y seguro que también están pintados los agujericos por dentro. Todos los cuadros son preciosos pero, cuando ves tantos juntos no aprecias nada de nada. Se produce el “Efecto animadora inverso”, véase, que de tanto ver belleza por todas partes, al cabo de un tiempo empiezas a ver defectos en los cuadros donde no los hay, llegando incluso a decir, “vaya cuadro más feo, mira que cabezón tiene ese” y cosas por estilo mientras que, si tuvieras ese mismo cuadro, en una pared de tu casa, alucinarías día si y día también. Este mismo problema se da en la Capilla Sixtina, de la que me quedo con el fresco tremendo y espectacular de “El juicio final” y por supuesto el mítico de “La creación del Hombre”. El resto están bien pero estos dos, ya sea por su fama o por su posición privilegiada, se llevan la palma. Una curiosidad sobre la Capilla Sixtina, dentro hay como un gritón de personas, está prohibido hacer fotos y hablar, eso sí, los guardias italianos si que pueden gritar para pedir a la gente que se calle. Incoherencias de la vida. La capilla la diseñaron inspirándose en el templo de Salomón y, por dentro muy bonita, pero por fuera es más fea que una nevera por detrás. Algo que poca gente sabe es que en ella se eligen a los papas cuando el anterior ha muerto. Es broma, se que lo sabe todo el mundo. Lo que tal vez no sepa todo el mundo es que las reuniones son super secretas (cónclaves) y en teoría sólo los cardenales pueden entrar. Digo en teoría porque a cada cardenal le corresponde el servicio de un criado, salvo si está enfermo. Y otra curiosidad más sobre los museos vaticanos en general, los que hayáis visto la película “Ángeles y demonios” ya lo sabréis. La mayoría de las estatuas han sufrido erosión en un lugar concreto. Se trata de “la gran castración del Papa Pio IX” quien consideró que los atributos varoniles de las esculturas incitaban a la lujuria. Cogió un cincel y se dedicó a destruir pirulinas. Posteriormente a la mayoría se les añadieron hojas de higuera de escayola para tapar el destrozo.

Escalera helicoidal de los Museos Vaticanos

Parte de la Capilla Sixtina

"La creación del hombre" por Miguel Ángel

"El juicio Final" por Miguel Ángel


Basílica de San Pedro
La historia de esta iglesia viene de lejos. Concretamente del año 67 d.C. Todo comenzó en el Circo de Nerón (construido años atrás por Calígula). No penséis ni en payasos ni en trapecistas, aquí la atracción principal era la de matar cristianos de formas horrendas (se puntuaba la originalidad y crueldad) y, afinando más hacia el cristiano que nos interesa, fue en dicho circo y en dicho año, cuando el apóstol Pedro fue crucificado boca abajo. Con el tiempo, en ese mismo punto ahora se yergue la Basílica que lleva su nombre. Hace 2.000 años, la colina donde todo ocurrió, era un lugar catalogado como insalubre e inhóspito por ser pedregoso e impracticable. Tras la muerte de Pedro y posteriormente la de Nerón, el circo desapareció y las facilidades para los cristianos fueron creciendo. Se les permitió tener “de cierto modo” sus propios templos paganos. Fue así como empezaron a construir un templo en honor a San Pedro y, poco a poco, fue creciendo. Pasaron 250 años hasta que el emperador Constantino declaró el cristianismo como la religión oficial de Roma. Fue entonces cuando comenzó el verdadero auge de la colina del Vaticano cuando ordenó adaptar el terreno y convertirlo en explanada. En 1.968 y tras infinitas pruebas científicas y estudios arqueológicos, el Papa Pablo VI declaró que “las reliquias de Pedro han sido identificadas de tal forma que podemos considerar convincente”.

Basílica de San Pedro

Parte de la Columnata de Bernini

Vista de la ciudad desde lo alto de la Basílica

Vista de la Basílica desde la plaza


La Basílica de San Pedro, tal y como la conocemos hoy, se comenzó a construir hace 500 años por encargo del Papa Julio II. Fueron necesarios 176 años para terminar la obra (problemas con la cúpula). El cuerpo de la Basílica mide 40 metros de altura que impresionan muchísimo por fuera y por dentro más incluso. Sin embargo, lo más destacable es la cúpula de 92 metros de alto. La cúpula fue diseñada por Miguel Ángel a sus 70 años de edad. No es lo único que aportó a la Basílica. En su interior se encuentra una de sus mejores y más bellas esculturas, “La Pietat”, la cual esculpió a la edad de 24 años. Si te sitúas frente a la basílica, hay otras dos cosas que no puedes dejar de admirar. Por un lado la columnata del napoletano Bernini que simula los brazos del templo abrazando a los fieles. Y, por otro lado, el inmenso obelisco que hay en el centro de la plaza y que fue levantado con la ayuda de la fuerza de 900 hombres. Bernini fue un gran colaborador en este templo, aportando esculturas, bajo relieves y, lo más famoso de todo, el Baldaquín, construido sobre el altar mayor y este, a su vez, sobre la tumba del apóstol y, todo ello, bajo la inmensa cúpula.

Baldaquín de Bernini sobre los restos de San Pedro, en su interior está el altar mayor.

"La Pietat" de Migel Ángel


Basta de historia, ahora toca alguna vivencia. Saltándome la parte de que cuando estás delante se te cae la baba y que cuando estás dentro alucinas en colores. Cosas curiosas ocurrieron. Lo primero es que si queréis visitar, este o cualquier otro templo en Roma, tenéis que llevar una vestimenta “decente”. Es decir, nada de pantalones hipercortos, mínimo por debajo de la rodilla. Así mismo, nada de camisetas de tirantes. Los hombros no pueden estar descubiertos. Otra cosa curiosa la observé una vez en el interior. Dentro había mil personas, la mitad haciendo fotos ó videos y la totalidad de ellos hablando para comentar lo bonito que era, lo bueno que estaba el helado que habían tomado ó lo guapo que soy. El motivo es lo de menos. Lo importante es que todos hablaban. Lo curioso no es que la gente hablara, lo curioso fue cuando vi a un turista, que viajaba solo, hablar por teléfono móvil sin molestar a nadie y sin elevar la voz. Se le acercó un cura y expresamente le hizo colgar el teléfono. ¿qué narices pasa con el teléfono? ¿acaso las ondas del aparato interfieren los rezos? No lo entendí.

Antes de salir de la basílica observé una inmensa placa de mármol en la que están todos los nombres de los papas grabados. Busqué a Benedicto XIII, el Papa Luna (el de Illueca), pero no hubo forma de verlo, al parecer sigue declarado malévolo.


El Castel Sant'Angelo
Del Vaticano sale una muralla de ladrillo de tamaño considerable. Es un “camino privado” que lo comunica con el Castel Sant'Angelo. Su nombre, “Passeto di Borgo”. La escusa oficial para su construcción era que en caso de invasión, los pontífices podrían escapar de forma rápida hasta la fortaleza. Sin embargo, seguro que lo usaron más veces para no perder el tiempo ni mezclarse con la gente de a pie.

Parte del Passetto del Borgo

El Castel Sant'Angelo está situado a la orilla del río Tiber. Fue construido entre el 135 y el 139. Originalmente fue el mausoleo del emperador Adriano y ya por aquel entonces era un edificio impresionante. Sin embargo, conforme pasaron los años, le fueron introduciendo mejoras y fortificaciones (sobre el año 400 especialmente) hasta dejarlo como lo conocemos ahora. No fue hasta el siglo XIV cuando el Vaticano comenzó a usarlo como residencia papal. El nombre de Sant'Angelo surgió a raíz de que en el año 590, durante una procesión para implorar a la Virgen que cesara una peste que asolaba Roma, apareció un ángel y se posó en la cúspide del mausoleo y envainó la espada en señal de que cesaría la peste. Hoy en día hay una enorme estatua que representa dicho ángel en lo alto del ahora castillo (desde el siglo X es castillo). Como buen castillo que es, está rodeado de un foso que, visto en planta, tiene forma pentagonal y que hoy en día está adornado con jardines. Sorprende la forma circular del cuerpo del castillo y sorprende más aún su buen estado de conservación (da gusto ver las cosas cuidadas). Está abierto al público por un módico precio que no recuerdo. El castillo tiene cuatro plantas. En la más alta están las estancias papales, los salones de reuniones y esas cosas lujosas de los castillos. En la planta baja se encontraban los calabozos donde se encerraban a los herejes más destacados que luego solían ser ejecutados en el pequeño patio interior del castillo bajo supervisión directa de los pontífices. Eran otros tiempos menos políticamente correctos. Fue aquí donde encerraron durante 8 añitos al famoso napoletano Giordano Bruno por defender la pluralidad de los sistemas solares y el heliocentrismo. A este lo quemaron en otro lado, en el Campo de' Fiori.

Castel Sant'Angelo y el Puente del mismo nombre

Escultura del ángel en la cúspide. Hecha en bronce, sustituyó a la original en mármol


Justo delante del castillo se encuentra el precioso Puente de Sant'Angelo, el cual, tiene una pareja de hermosas esculturas de ángeles (12 en total) por cada pilar. El puente lleva a la parte “más romana” de la ciudad y, desde él, se puede tener una panorámica increíble del imponente castillo. También desde este puente se puede observar, a lo lejos pero sin esfuerzo, la Basílica de San Pedro y la cúpula de Miguel Ángel.

Más o menos la vista de La Basílica de San Pedro desde la zona del puente de Sant'Angelo.


La Piazza di Spagna
Para llegar a la plaza desde el Castel de Sant'Angelo, recorrimos durante unos metros la orilla del Tiber aguas arriba. A la altura del Palacio de Justicia, nos desviamos hacia el centro por las callejuelas romanas. Las típicas adoquinadas y estrechas calles con restaurantes, tiendecitas nonagenarias y numerosas fuentes que nacen de las esquinas de las propias casas. No tardamos mucho en llegar a la Vía Condotti. Esta calle es famosa en roma por ser la que reúne las tiendas de moda más caras de la ciudad. Gucci, Armani y otras muchas de nombre no tan conocido pero de precios igualmente desorbitados. Al final de esta calle se encuentra la Plaza de España. Concretamente vas a parar al centro, delante de la hermosa fuente “barcaccia” de Bernini y, justo detrás de la fuente, la mítica escalinata que salva la colina hasta llegar a la iglesia de la Santísima Trinità dei Monti que se erige allí desde hace más de 500 años.

Palacio de Justicia

La fuente Barcaccia de Bernini

Vista de la escalinata y la iglesia.


La Fontana di Trevi
Para llegar a esta mítica fuente lo más aconsejable es, si vienes de lejos, utilizar el metro hasta la parada de la plaza Barberini. La parada está a unos 5 minutos pero andad con cuidado porque las indicaciones no sobran y si no preguntáis ó lleváis un mapa es fácil dar un rodeo. Precisamente en este trayecto y concretamente en la plaza Barberini, se pueden observar la Fuente de las abejas de Bernini y la más bella y famosa todavía Fuente del Tritón, ¿adivináis de quien? Si, de Bernini alias “el cañerías del Trastévere “ y “el terror de los aguadores y el mejor amigo del sediento”. Ahora me ha venido la paranoia y no puedo dejar de imaginarme a Bernini frente a un cobrador de impuestos del agua diciendo: “No puedes pasar. Soy siervo del agua subterránea, administrador de los manantiales de Tritón. Tus impuestos oscuros son en vano. ¡Pistola de agua!. ¡Regresa a la sombra!. ¡¡NO PUEDES PASAR!!”. Si, lo se, he mezclado al grandioso Mithrandir (Gandalf para los amigos) con el pokemon Squirtel. También es suya la impresionante Fuente de los cuatro ríos, la de Neptuno, la del Gigante y seguro que muchas más.

Fuente del Tritón de Bernini en la plaza de Barberini
Fuente de las Abejas en la plaza de Barberini

Fuente de Neptuno de Bernini

Fuente de los cuatro ríos de Bernini en la plaza Navona.

Fuente del Gigante de Bernini

Fuente del Moro de Bernini


Volviendo al hilo, la Fontana di Trevi fue diseñada en gran parte por el incansable Bernini (si, lo se, está en todos los ajos, ¿entendéis ahora el chiste anterior?) aunque fue Salvi quien la terminó casi un siglo después. La fuente es espectacular y el agua brota por doquier. Como ya sabréis la fuente tiene leyenda propia aunque creo que a día de hoy está un poco distorsionada por el boca a boca y se presentan 3 versiones. Una dice que si lanzas una moneda se te cumple un deseo y que cuanto mayor sea el valor de la moneda, más rápido se te cumple. Otra dice que si lanzas una moneda regresarás algún día a la fuente (esta puede ser la correcta porque yo lancé hace 10 años un duro y por fin he vuelto). La última, que parece más creíble, dice que si bebes el agua de la fuente, algún día regresarás a Roma, nada de monedas. Sea la que sea, lo que si es seguro es que el ayuntamiento de Roma se pone las botas con los ingresos de la fuente, los cuales, recogen cada noche para evitar a los listillos de turno. Ahora os cuento la verdadera, o mejor dicho, original leyenda de la fuente y que creo que pocos conoceréis y que dice:
Hallándose en el campo los soldados Agripa, cuando apretaba la sed del regimiento y necesitaban encontrar un suministro de agua, hallaron a una muchacha que gentilmente les guió hasta el manantial de este agua purísima, por lo que fue llamada “Virgen”
¿Esperabais algo más emocionante verdad? Yo también, creo que es de las leyendas más sosas que he escuchado en mi vida pero como he perdido mucho tiempo en encontrarla os la pongo para compartir mi frustración. Mal de muchos...

Fontana di Trevi


Es típico el comprarse un heladito en las varias heladerías que hay alrededor de la fuente y por supuesto es más típico el hacerse una foto con la fuente. Si no tenéis cámara (y si la tenéis también), encontraréis doscientos cuarenta y siete paquistaníes armados con unos trastos camarográficos psicotronadores de partículas sacados de otro mundo y que te ofrecerán cansinamente el hacerte la foto por norecuerdocuanto. La gracia de sus cámaras es que tienen el objetivo modificado y entra toda la fuente en el encuadre y, además, la imprime en el acto.

Si tenéis algún problema, alrededor de la fuente siempre hay al menos una pareja de carabinieri ó de policías para controlar que todo vaya bien entre tantísima gente y de paso evitar algún chapuzón espontáneo como en la película de hace 50 años con la rubiacona americana aquella (Anita Eckberg en "La Dolce Vita"). Ahora mismo no recuerdo a qué cuerpo pertenecían pero se que no es lo mismo uno que otro.

Fontana di trevi


Piazza del Popolo
Al igual que para ir a la Fontana di Trevi, para ir a la Plaza del Popolo lo más recomendable es utilizar el metro. Lo gracioso es que, aunque la boca del metro está en las puertas de la plaza, desde donde te apeas hasta la salida puedes andar fácilmente diez minutos por túneles subterráneos. Lo bueno es que al menos estos túneles son más bonitos y menos lúgubres que los de Termini.

Piazza del Popolo


La plaza en sí no tiene mucho misterio en cuanto a historia se refiere. Apenas tiene dos siglos. Lo que si es famosa por tener una simetría perfecta y por ser grande de narices. A ambos lados tiene sendas fuentes y detrás de una de ellas, hay una gran escalinata que sube una colina ajardinada hasta la terraza de Pincio, desde la que se puede observar toda la plaza. En el centro de la plaza está situada el segundo obelisco más antiguo de Roma (24 metros mide sin contar el pedestal con el que se va a 36m) rodeado por cuatro fuentes. Dicen algunos que los obeliscos tienen algo que ver con la psicología humana y que suelen tener alguna relación fá**ca. En la siguiente foto queda claro que entre el obelisco y las iglesias gemelas de Santa María en Montesanto y Santa María de los milagros, algún arquitecto socarrón buscó la gracieta.


Vista de la plaza desde la terraza de Pincio

Combinación entre el obelisco y las iglesias gemelas.

Aquí os dejo un video que monté con algunas de las cosas que vi. Lo siento, se me olvidó grabar más.


http://www.youtube.com/v/uXfUhuPBqzU?fs=1&hl=es_ES



APARTADO GASTRONÓMICO

Aunque estuve 3 días enteritos en Roma, poco puedo decir de su gastronomía. Prácticamente todo lo que comimos lo preparamos nosotros mismos. Roma en si es una ciudad cara y los restaurantes no entraban en los planes. Lo que si es barato y de excelente calidad es el café. Por menos de 1€ se puede tomar el mítico “expresso” (a ver, no en todos los sitios, no quiero demandas si os metéis en el Palace de Roma y os sablean 5€). Ese café negro como el sobaco de un grillo y que se prepara en una cucharada de agua, esa subida de cafeína instantánea que no sabes si te lo has bebido ó te han disparado. ¡Rico, rico!

Hablando de café. El capuccino no suele ser muy bueno en Italia. No se si lo dije ya alguna vez por aquí pero, el capuccino, a pesar del nombre y de lo que medio mundo piensa, no es un invento italiano. De hecho se inventó en Austria. ¿Sorprendidos?. Según la leyenda, después de la Batalla de Viena de 1683, los vieneses prepararon café usando los sacos abandonados por los turcos y, para suavizar su fuerte sabor, añadieron crema y miel, obteniendo un color similar al del hábito de los capuchinos. La bebida siempre ha sido conocida por su nombre italiano. Es cierto que en Italia también había monjes capuchinos a punta pala, de hecho tienen un macabro cementerio en la plaza Barberini de Roma, pero estos eran otros menos inventores. ¡Que bueno era el capuccino en Viena!, lo siento Italia pero tenía que decirlo.

Por otro lado, el helado es excelente aunque, eso sí, se paga. Por cualquier calle de Roma (y casi podría decir de Italia) encontraréis heladerías excelentes. Un consejo, no os decantéis por las heladerías que tienen los helados en el mostrador muy bonitos. Me refiero así como grandes montañas de colores que se elevan mucho más que su propio recipiente. No me quedó clara la razón pero es consejo directo de un autóctono y esos consejos son los que hay que seguir siempre.

Algo diferente que sí probé fue un bocadillo (saltinbocca se llama) de los que venden también en cada esquina de Roma. Básicamente era de un pan parecido a la chapata, pero muy diferente en sabor, mozzarela, tomate natural y lechuga. Estaba muy bueno pero los 4€ que costó pueden parecer excesivos.

Saltinbocca

Prácticamente todas las demás comidas fueron sándwiches de Prosciuto di Parma con queso curado Gran Padano. El prosciuto di Parma viene siendo como el jamón serrano pero más ahumado (muy bueno) y el Gran Padano es simplemente delicioso, parecido al parmesano pero más económico.

El último día de estancia en Italia, por hacer tiempo antes de ir al aeropuerto. Esperé en la cafetería de la empresa que me llevaba, por cierto, la recomiendo. Se llama Terravision y por 4€ te lleva Termini-Ciampino. Se puede comprar el billete online aunque el precio es el mismo en taquilla y sale uno cada media hora en teoría, porque en la práctica no son tan serios (roman style). Como decía esta compañía tiene una cafetería (Cafeterravision) situada en su propia parada en el mismo Termini. Allí podéis comprar el billete y, por supuesto, comer. Está muy bien porque hacen menú del día que por lo que vi suele ser un plato grande de pasta bien rica y bebida, todo por 4€. Si queréis algo diferente lo preparan, pero vamos, que la pasta, aunque me imagino una olla industrial en la cocina, estaba bien buena.

CONCLUSIÓN
Bella Roma, merece la pena, eso sí, 3 días son insuficientes, puede que un año también lo sea. Si vas, planifica bien lo que quieres ver. Por otro lado me gustaría recalcar mi teoría de que las ciudades del mundo deberían reconstruir las grandes obras de arquitectura aunque tenga 2.000 años. Si Roma reconstruyera el Colisseo, el gigante Anfiteatro y los foros sería mucho más interesante bajo mi punto de vista. Puede que así se perdiera parte del encanto pero se ganaría mucho en otros aspectos.



¡Hasta pronto!


Dejo este video también por aquí. No es mío.