Como siempre que duermo poco me ocurren cosas graciosas, aviso que este tema va enfocado a reír un poquito.
Estaba yo estudiando toooooooooda la noche, como vengo haciendo unos días ya (nada raro en mí si me conocéis bien y nada raro en mucha gente que yo conozco) cuando presa de la desesperación (porque si no entra en español, en inglés(alemán ni te cuento) he decido tomar un descanso a la señal de un sonoro bostezo y unos estiramientos de esos que bien se te podría desencajar un hombro. Al estirarme hacia atrás en la silla, elevando los brazos para desperezarma, le he dado sin querer con la mano izquierda un porrazo a la estantería que tengo delante sobre la cabeza y me he enredado con un cordón. Mientras veía como me enredaba y con la inercia del bostezo de hipopótamo de charca, notaba como un objeto seguía al cordón y auguraba un estrepitoso desastre sobre mi escritorio. Se trataba de la cámara de fotos...
Caía pues mi compañera de fechorías que de todo se acuerda como un meteorito aniquilador en dirección no sólo a mi escritorio, sino que iba cargada por el demonio en dirección a lo que más quiero en el mundo mundial (hablando de objeto inerte), mi ordenador...
Rápidamente, con reflejos felinos, que para eso nací bajo el signo de Leo, he activado mi cerebelo y con la velocidad de un encantador de serpientes he intentado coger la cámara al vuelo con la mano derecha. Hubiera sido un movimiento perfecto de no ser porque he olvidado el pequeño detalle de abrir la mano para coger la cámara y, por lo tanto, le he propinado sin venir a cuento un "soplamocos" a la pobre que le he quitado hasta la pintura. No ha acabado ahí el mal. La pobre dolorida ha salido despedida en dirección a la ventana, la cual, como hace un calor "deandarsemienbolas" estaba abierta de par en par y para colmo, el arquitecto que diseñó la residencia, que también era adivino, no tuvo mejor idea que ponerla en la trayectoria de la cámara...
Gracias a Dios, una ráfaga de viento de las que abundan ultimamente, ha movido la cortina, justo lo suficiente para que la cámara se quedara más dentro que fuera de la habitación, ahorrándome así el disgusto de bajar a por sus restos.
Todo esto para decir, que cuando me he levantado a por ella me ha venido una revelación. He tenido la fabulosa idea de hacer lo que veréis a continuación (mejor con sonido). Creo que se me ha ocurrido porque el susto de la cámara ha acelerado mi pulso mandándome oxígeno extra a mi cerebro, es más ha debido activar partes que ni sabía que tenía...
El vídeo lo he realizado tirando fotos con trípode cada 5 minutos (aproximadamente) desde las 3:40 hasta las 8:10 de la mañana. El montaje ha sido lo de menos, me ha costado unos 20 minutos mientras merendaba (si, yo meriendo a estas horas).
En fin, a ver si me siguen pasando cosas de estas rápidas de escribir que si no, este blog no avanza.
¡Hasta pronto!
Me ahorro el comentario. Casi morí de la risa cuando lo leí. jajjajajaja
ResponderEliminarM.W.