El gran viaje a Irlanda es muy largo de explicar pero como me gusta enrollarme mucho contando las historias pues perfecto. Vamos a ver, para los que no vieron la película empezaré por el principio, ya sabéis, introducción-nudo-desenlace.
Todo empezó hace varios años cuando a mi hermana mayor (T.) se le metió en la cabeza que para ser feliz necesitaba pasar un tiempo en Irlanda aprendiendo "inglés del bueno" y trabajando de paso. Pues bien, tras varios meses estando ella allí, yo ya tenía en mente el hacerle una visitilla pero llegó mi madre (que para viajar siempre tiene disposición) y encontró en visitar a su hija la excusa perfecta para conocer la isla. Además, decidió que fuera yo también por esas fechas y así podríamos estar todos juntos unos días, ya que, desde navidad, no me habían visto el pelo más que en fotografías.
Así pues, el plan me pareció perfecto y acepté de buena gana. En resumen, la cosa era ir a Dublin el primer día, el segundo partir hacia el pueblecillo perdido de la mano de Dios y permanecer allí como base de operaciones 4 días, volver a Dublin, despedirme de mi familia y quedarme dos días con mi amigo J.
Salí pues de mi casa el lunes 29 de marzo a las 6 de la mañana para coger el autobús destino a Bratislava Letisko, o lo que es lo mismo, el aeropuerto de Bratislava. Fui allí porque es de donde sale Ryanair a precios "asequibles". De allí vuelo de 3 horas a Dublin.
Voy a hacer un pequeño inciso en la historia para hablar MAL de Ryanair. Me parece muy bien lo de los vuelos baratos, es perfecto para viajar. Comprendo hasta cierto punto que quieran sacar el máximo beneficio llenando el avión de asientos hasta en el cuarto de baño (no lo han hecho todavía porque hay alguna ley en contra), o cobrando tasas y comisiones por todos lados o vendiendo hasta la dignidad de sus azafatas, pero lo que no entiendo, ni comparto es lo de los asientos. Me explico, los asientos de Ryanair son rígidos, el respaldo está en una posición de 90º respecto al asiento, lo que lo hace muy incómodo para más de una hora e IMPOSIBLE para dormir un poco. Como minimizan gastos, no te ponen ni una mísera película y si a eso le sumamos, la belleza de los viajes que se resume en 10 minutos de ver la tierra cuando despegas y 10 minutos más cuando aterrizas, como resultado tienes un tostón de varias horas que no sabes ni donde mirar ni que hacer, ¡es que ni sumar matrículas puedes! Vamos, resumiendo, que lo que más apetece en vuelos de estos es dormir y resulta imposible sin desnucarte.
Potros de tortura digo asientos mortales de Ryanair, no se aprecian
los clavos en los asientos pero están.
Bueno, volviendo al hilo de la historia, salí todo ilusionado de Viena a las 7 y llegué Dublin a eso de las 13h. El primer contacto con la realidad vino al sacar una "pateja" del avión y encontrarme con una viento huracanado de fuerza 3, el cual hizo del aterrizaje un festival de suspiros de alivio. Una lluvia fina como agujas y la torticulis provocada por el asiento se sumaron a la fiesta de las penalidades. Lo siguiente fue cuando me fui a buscar el coche de alquiler. Cuando conseguí encontrar el mostrador correspondiente de entre los 10 que hay, sólo tuve que entregar el carnet de conducir y la tarjeta de crédito para que me lo dieran, por lo que, problema ninguno, bueno si, uno un tanto gracioso cuando me preguntó si quería contratar un seguro a todo riesgo por 800€...
¿¿¿¿QUÉÉÉÉ????
Vamos a ver alma cándida, ¿pero tú me has visto bien? Acabo de alquilar un Opel Zafira básico (me encantó el coche por cierto), lo justo para moverme. Me he gastado 200€ en él para una semana, ¿y crees que puedo/quiero tirar 800€ a la basura en un seguro? Venga va, que quiero de lo mismo que tú desayunas.
Una vez rechazado educadamente el seguro, me indicaron más o menos como encontrar el vehículo aparcado, pues bien, la primera vez (si, la primera, que pasa, me cuesta hacerme a los acentos y el irlandés tiene tela) entendí que fuera en frente de no se donde a la izquierda donde Agapito fríe el pescado. Bien, fui para allí, di mil y una vueltas bajo la lluvia y cuando Agapito me dijo que nanai, volví al concesionario y en ese momento, no se si por la lluvia ó porque vocalizaron mejor, entendí otra cosa. Básicamente tenía que ir ahí al lado y coger un minibús de la empresa que me dejaría en el parquin de los coches de alquiler, allí donde Jesucristo perdió la estilográfica. Pero bueno, al final, llegué al coche sano y salvo aunque los problemas no terminaron allí...
Como ya deberíais saber, en Irlanda se conduce al revés, dicen las malas lenguas que es por una desviación genética que afecta a su lóbulo espacio-temporal de la bisectríz del ángulo convexo cuando la función tiende a X y X es igual a infinito. Las otras lenguas (que son casi peores porque lo que dicen lo dicen para hacer daño) dicen que es porque fueron parte del Imperio Británico (con lo que eso pica en Irlanda). Bueno, resumo, se conduce por la izquierda es el primer inconveniente y el más fácil de solucionar, el que estuviera lloviendo a rabiar fastidiaba bastante también, pero el peor fue que me dieron un coche de cambio automático. Pues bien, acostumbrado a tener 3 pedales, al ver que este coche sólo tenía 2, el instinto te hace poner un pie en el acelerador (el derecho) y el otro pie en el freno.... CRASO ERROR, parecía de película, de estas en las que un americano coge un coche manual y va a trompicones, igualito. ¡Vaya frenazos! especialmente en las maniobras lentas. Resulta que acostumbrado a pisar el embrague con el izquierdo a fondo, pues con los años, eso deriva en una ausencia total de tacto tobillil. Bastantes kilómetros después, caí en la cuenta de que debía usar el pie derecho para todas las operaciones. Una vez dominada la técnica, la diferencia en la conducción es mínima.
Fui a la ciudad en busca del apartamento que habíamos alquilado para la estancia en Dublin. Una maravilla la verdad. Estaba completísimo y prácticamente nuevo. Además, estaba situado a unos 10 minutos ó menos de la catedral de St Patrick y del Temple Bar. Ojito con Dublin que es carísimo aparcar, 3€ la hora. Sale mucho mejor buscar un parquin privado y es justo lo que hice en los apartamentos de alquiler (los parquines privados suelen costar 9-10€).
Cuando deje el coche fui a dar una vuelta por el Temple Bar (sin saberlo) y de paso hice la compra. De esta experiencia deduje que no sólo el parquin es caro en Dublin, hasta los espaguetis valen un ojo de la cara. De ahí pasé a buscar a mi amigo J. a su lugar de trabajo pero la suerte no estaba de mi parte y resultó que ese día libraba. (J., ¿desde cuando libran los inmigrantes españoles?)
Volví al apartamento, dejé los avituallamientos y fui al aeropuerto a buscar al resto de la tropa y como la suerte seguía sin estar de mi lado, la tropa llegó con una hora de retraso, así que la pasé contando gamusinos voladores. Eso sí, una vez la tropa reunida (Mi padre JM. mi madre C. mi querídísma hermana pequeña M. ó M.W. mi queridísimo hermano J. y yo) todos los males se olvidaron.
Al día siguiente, salimos de turismo como no, teníamos un día para ver Dublin en familia y no importaba el hecho de que estuviera lloviendo y nevando, eso es para débiles que no saben turismear. Concretamente dimos una minivuelta por el centro y vimos lo siguiente:
La ruta empezó viendo la iglesia St Agustine & John, del frío que hacía hasta entramos para ver los interiores donde un borrachín indigente murmuró hacia nosotros algo de "killer warriors"... a saber qué fiesta mental tenía. Para reseñar sobre esta iglesia, he de mencionar que tiene la torre más alta de toda la ciudad.
De ahí caminamos a ver la Catedral de la Santísima Trinidad más conocida en versión original como Christchurch Cathedral. Esta catedral es la más vieja de las 2 que hay en la ciudad. Se terminó de construir hace casi 1000 años con estilo gótico y se conserva perfectamente desde entonces gracias a las muchimillonarias donaciones de los fieles cristianos. Lo gracioso es que la empezó un rey Vikingo (Sitric Silkenbeard, gracioso el nombre ¿no?, ¿acaso no significa Sitric el barbas de seda? ¿deberían usar su imagen para los anuncios de Pantene Pro B (B de Barbas)?).
Christchurch Cathedral de lejos
Christchurch Cathedral de cerca
Lo mismo pero destacando el puentecillo de la reina que nunca se peina
(esperemos que no se peine cuando pase una excursión de niñas exploradoras
Como anécdota interesante de esta catedral, para que no se aburra la audiencia, se encuentra en su cripta un gato y una rata momificados. El propósito no lo conoce ni la mente enferma que lo hizo, ni la que lo encontró, ni la que decidió que eso tenía valor para mostrarlo al público. Si buscáis un poquito por internet encontraréis que en teoría en 1850 el gato persiguió a la rata dentro de un tubo del órgano y ambos murieron atrapados y más tarde momificados, lo que nos lleva a que:
- No usaban el órgano más que para adornar.
- No limpiaban a menudo.
- No tenían olfato porque eso tenía que oler a "chotuno podrido"
- ENFERMOS
Las momias de los animalejos
Después pasamos por delante del ayuntamiento y terminamos visitando el Dublin Castle (el Castillo de Dublin) el cual fue construido por el Rey Juan (el primer Señor de Irlanda) allá por el 1200 más o menos.
Vista del castillo de Dublin
Torreta del castillo
Una especie de jardines dentro del terreno del castillo
Vista del castillo desde la "especie de jardines"
De ahí a la caseta de información, la cual recomiendo visitar porque es una pequeña iglesia preciosa y finalmente al Trinity College, la más antigüa universidad de Irlanda. Ocupa 200.000 metros cuadrados que no es poco y se fundó en 1592 por la Reina Isabel I de Inglaterra.
Lo último que visitamos a pie fue el Temple Bar, el cual es actualmente, la zona de "fiesta" más conocida de la ciudad, aunque su gracia también está en el ambiente de los puestecitos y las tiendas. El nombre en teoría se debe al local Temple Bar, aunque en realidad el nombre viene de cuando se prohibió a los judíos la entrada en esa zona según unas fuentes y según otras a un noble que vivía allí, a saber. Lo que si es seguro es que la zona se llama así desde el 1650 aproximadamente. Allí nos hicimos las típicas fotos y después de tomar algo en el bar supuestamente "original" de 1840 fuimos a por el coche desde el cual observamos la Catedral de San Patricio, pero de esta hablaré más adelante.
Bar Temple Bar originario del 1840
A mediodía partimos en dirección a Clonakilty (también conocido como Cloich Na Coillte), el pueblecillo donde está trabajando mi hermana. Fue un viaje largo por autovía y carreteras nacionales con parada técnica incluída en Cashel para ir abriendo boca con la comida típica y disfrute del castillo Rock of Cashel sede del antiguo Rey de Munster.
Más de lo que queda del castillo y no, no se lo ha comido la vaca.
Visto así hasta parece que queda bastante del castillo.
Visto así me recuerda Rodén pero verde.
A las tantas llegamos a Clonakilty, recogimos la casa de alquiler de manos de una señora muy simpática. La casa era muy bonita y acogedora, azul pitufo y blanco en los detalles. Estaba situada en una especie de urbanización en una calle sin salida. Tenía 3 habitaciones, 3 baños, cocina, comedor y salón con chimenea (nos la dejaron preparada como bienvenida).
Super casa papá pitufo y super vehículo Zafira de la muerte.
Más tarde fuimos a buscar a mi hermanaa la granja en la que está. Aquí viene lo divertido, ojo con las instrucciones que nos facilitó la "mia sorella":
Cruzáis el pueblo y cuando veáis un desvío a la derecha con muchos carteles, lo tomáis. Seguís por ese camino unos 2 ó 3km y pasaréis un puente y al lado de un cementerio. Después el segundo camino a la izquierda que pone "Rossmore", luego todo recto hasta un cruce y ahi se gira a la izquierda y luego el segundo a la derecha. Ahí se ve una casa amarilla pero esa no es, esos son los vecinos. La casa es una blanca que hay a unos 50 metros a la izquierda con unos arbustos.
Pues bien, siguiendo sus "SUPER INDICACIONES DE LA MUERTE" por caminos tortuosos de cabras, liebres y erizos, llegamos a meternos por un camino de supercabras voladoras que terminaba en "Somebodyelse's farm" y los inquilinos de esta alucinaron en technicolor cuando vieron un coche lleno de gente entrando en sus tierras, menos mal que bajé a disculparme por la intromisión y a preguntar si sabían la dirección correcta y menos mal que así fue. Muy amablemente me indicaron en lugar de pegarme un tiro por intromisión como hacen en otros países de otro continente. Al rato llegamos a buscarla no sin dudar más veces del camino correcto y todo terminó bien. Cena en familia, charla y a dormir porque el día siguiente iba a ser durillo.
Al día siguiente, mi hermana se propuso llevarnos de ruta, concretamente hicimos el "The ring of kerry" el cual básicamente fue un día enterito de coche y 400km por carreteras de la muerte. Hablando de carreteras, un pequeño inciso para explicar las maravillas viales de Irlanda:
- Las carreteras de Irlanda son estándar, ¿a qué me refiero?, me refiero a que da igual que tenga más curvas que una soga en un pozo, da igual que sean rectas infinitas del mejor asfalto de importación, da igual que sea de un sólo carril de dos metros de ancho y con más boquetes que la vena de un yonki con parkinson. TODAS ESTÁN INDICADAS A 100km/h.
- No señalan las curvas peligrosas a menos que sea una carretera muy principal.
- Por lo general, las carretaras nacionales ó de menor rango están en muy mal estado en cuanto a baches, parches y señalización.
- En contraposición, las autovías están muy bien, los vehículos lentos dejan paso libre siempre que pueden en cualquier tipo de vía y la gente no va demasiado loca.
Volviendo a la ruta, he de confesar que los paisajes por los que se pasa son muy bonitos, se ve la parte montañosa de Irlanda, un parque nacional y la costa, es decir, de todo. Como anécdota dejo aquí que ese día empezó con un sol tremendo, luego llovió 6 veces, nevó 4 y granizó 3, todo esto intercalando. Una locura de tiempo. Como no recuerdo los nombres de los sitios por los que pasamos ni de las cosas y paisajes que vimos, dejo fotos a cascoporro para ilustrar:
Al día siguiente fuimos a visitar Cork, ciudad muy bonita que aconsejo visitar (ya se que al menos un lector lo va a hacer porque se va de erasmus allá y yo iré a visitarle si puedo). Cork es la segunda ciudad de Irlanda con 200.000 habitantes, la mayoría son estudiantes puesto que tiene buenas universidades. Lo negativo de Cork es que ES IMPOSIBLE APARCAR EN LA CALLE pero dispone de muchos parquines (bendito GPS). Lo bueno de la ciudad es sin duda su casco urbano y, para mí, concretamente la catedral con una impresionante arquitectura de 3 torres aunque probablemente lo que más disfruté fue el típico desayuno irlandés.
Desayuno típico (lo hecho de menos)
Lugares que hay que visitar en Cork son: la Catedral de Finbarr, el ayuntamiento, el parlamento, la Catedral de St. Mary, St. Patrick Street en general con sus tiendecillas, el antiguo mercado, la iglesia de Santa Ana y la Universidad de Cork. Por supuesto, una vuelta al ring y un paseillo no debe faltar por el centro.
Cosa en el paseo principal de Cork
Como cosa curiosa está la tradición que tienen (o tenían porque actualmente está suspendida) que marca el regreso de la carne a la mesa al final de la Cuaresma. Festejado a principios del siglo XIX, y denominado “Whipping The Herring” (Azotando al arenque), este rito consistía en el paseo a través de las calles hacia el río Lee de un carnicero local mientras azotaba un arenque con un látigo. Seguido de los ciudadanos, una vez que llegaba al río tiraba el arenque al agua, cogía una pierna de cordero adornada con cintas y volvía a su tienda. Allí distribuía trozos de carne a los animados espectadores.
“Whipping The Herring” (Azotando al arenque)
Ya sólo queda contar un poquito sobre el pueblecillo llamado Clonakilty. El pueblecillo es famoso por ser la cuna de un lider del IRA (Michael Collins), el resto de su encanto reside en la tranquilidad del campo y del mar. Para ser tan pequeño tiene su encanto y su iglesia principal es muy bonita, así como la pequeña torre con cementerio que hay en una colina en el medio del pueblo. La gente de la zona parece muy amable y se acerca a ayudarte si te ven perdido o simplemente te saludan al pasar cerca. Es un lugar acogedor. Es de destacar que el último día en Clonakilty fue Viernes Santo y por ley estaba prohibida la venta de alcohol en bares y pubs, pero aun sabiéndolo intentamos comprar en el supermercado y resultó imposible, también estaba prohibido y lo cumplen a rajatabla.
Mega panorámica de la costa de Clonakilty (perdonadme pero lo he hecho yo)
Iglesia no tan principal, la de la colina con cementerio.
Típica ballena en un estanque que todo el mundo tiene en su jardín.
Este día también visitamos un asentamiento cercano parecido al Stonehenge pero en pequeñín. No estuvo de más verlo pero vamos que cada vez que me dicen que en la prehistoria movían piedras de 5.000kg para que un día al año coincidiera la luz solar en un punto y así todos felices (vease las pirámides, el Stonehenge original o el propio de Irlanda) no puedo evitar compararlo con los primeros ordenadores basados en tubos de vacío que ocupaban casas enteras y apenas servían para sumar sin llevarse una.
Stonehenge chiquitín (fíjese el público en el teléfono móvil del centro)
Panorámica del mar del pueblecillo de las piedras
Primer ordenador, el que sumaba 4 cosas y ocupaba un palacio
El último día con mi familia fue algo durillo. Tocó conducir de nuevo al aeropuerto de Dublin para lo que tuvimos que invertir 4 horas de coche, la mayoría por autovía y con una niebla bastante densa. Tras dejar a los míos en el aeropuerto, fuí a devolver el coche. He de decir, que Europcar se portó muy bien en todo momento. Alguien había rayado el coche (un poquito) y aunque lo vieron no me dijeron ni cargaron nada. Me dolió dejar el coche justo cuando ya me estaba acostumbrando a él, incluso admito que ya me gustaba el cambio automático aunque no lo prefiero al manual.
Elegí viajar a Dublin en un autobus de dos plantas y SI, hice de turistón total y me puse arriba y adelante para verlo todo. El viajé duró poco y cuando me apeé, fuí a buscar a mi amigo J. dos horas antes de lo previsto. Como pude fuí hasta su cafetería (bendito GPS) y lo sorprendí porque no me esperaba ahí. J. trabaja en una cafetería enorme (Café en Seine) que está céntrica, a un paso de la zona de Temple Bar y a otro de su casa. La cafetería es en plan "pijis", con 3 pisos llenos de mesas, sofás y barras de cerveza. Una chulada. Allí comé ese día lo típico según tengo entendido, es decir, un sandwich de pollo y una pinta de Guinness. Como quedaba rato para que J. terminara su turno y como si yo estaba por ahí lo distraía, decidí ir a comprarme unos zapatos porque se me habían averiado los míos. Me dió las llaves de su casa y fuí a un centro comercial cercano, como resultado acabé comprándome tres prendas y cero zapatos. lo dejé todo en su casa y volví a buscarlo al trabajo cuando salió. De ahí fuimos de nuevo a su casa y de ahí me llevó a un local muy interesante que había dos puertas más allá de la suya. Resulta que. vive en una de las calles más animadas de Dublin fuera del Temple Bar, estuvimos allí poniéndonos al día y bebiendo Guinness hasta que el hambre apretó y fuimos a cenar algo muy típico también. Esta vez fue un Fish&chips de 3 kg lo que comimos cada uno. Realmente el pez pesa medio kilo, el rebozado 200 gramos y el resto son patatas fritas como puños acompañadas de vinagre y sal. Todo muy bueno y, por supuesto, imposible de terminar. Después salimos de fiesta y el pez estuvo nadando en mi estómago con la Guinness toda la noche, aun así lo pasamos muy bien y asistimos a un concierto en directo de un grupo rarito de jazz o blues, no se, algo muy lento.
Supercafetería "Café en Seine" de mi amigo J.
Al día siguiente, domingo, era mi último día en Dublin, J. estaba trabajando y yo me quedé solo así que decidí hacer algo de turismo pero sin forzar la máquina. Fuí directo a ver la catedral de San Patricio, patrón mundial de los irlandeses. La Catedrla de San Patricio se fundó en 1191 y es la más grande de las dos que hay en Dublin. Aunque no es la principal de Dublin, si que lo es de Irlanda. Ha sido muchas veces reconstruída y se podría decir que las últimas veces se ha hecho gracias a la cerveza, más concretamente a Arthur Guinness y sus descendientes, los cuales han donado mucho dinero para mantenerla en buen estado. La catedral está rodada por unos jardines muy cuidados y merece la pena verla un día de sol como fue mi caso.
Catedral de San Patricio y sus jardines
De aquí marché en busca de la fábrica de Guinness, mi tía A. me aconsejó su visita y confié en su palabra. Se puede decir que merece la pena la visita aunque en mi caso, reconozco que como agrónomo tenía la ilusión de que contaran algún secreto mágico de producción. No es así, no cuentan ningún secreto de ninguna clase, ponen videos de como la producían hace mil años y enseñaban las instalaciones. Eso sí, la visita estuvo muy bien y la aconsejo yo ahora. Se desarrolla en un edificio de "cristal" asemejando una pinta gigante de Guinness y se trata de ir subiendo niveles viendo videos demostrativos de producción, investigación, publicidad, desarrollo de la marca y esas cosas. Tiene 7 plantas, 3 de ellas son bares camuflados para que primero gastes la consumición que te regalan de una pinta y luego compres más (está más rica que en España). Como cosa curiosa me gustaría comentar que la fábrica de Guinness no es propia de Guinness aunque si quisieran podrían comprar la ciudad entera. La fábrica está alquilada a St. James Gate Brewery por un periodo de 9.000 años a 45 libras por año (un chollo porque eso es enorme), el contrato de arrendamiento está incrustado en el suelo del centro de la pinta gigante a la vista de todo el mundo.
Lo que más me gustó de la visita fue un video demostrativo de hace muchos años en el que un sólo obrero fabricaba a golpe de puño y fuego un tonel y luego la sección dónde me licencié en tirador profesional de pintas Guinness.
Dos simpáticos profesores me instruyeron durante largos trescientos segundos en los que aprendí el arte de servir cerveza stout, después pasé uno de los peores y más difíciles exámenes de mi vida y finalmente recibí un diploma oficial. ¡Qué orgulloso que estoy! Fueron ellos los que me contaron que la Guinness aunque tiene fama de que es densa y de que se puede masticar y alimentarse sólo con ella, en realidad sólo tiene 198kcal (menos que muchas otras, de hecho menos que una pinta de leche desnatada ó zumo de naranja según wikipedia). Esto sucedió en la planta 6, una vez servida miré hacia el horizonte de Dublin, bien visible desde esa altura e inmortalicé el momento. Más tarde subí al bar de la última planta desde donde se puede ver Dublin en 360º. Muy recomendable.
Yo, recién licenciado en tirar pintas de Guinness
Al final, de la visita, en la primera planta se encuentra una tienda de recuerdos y regalos donde compré una taza (si, lo se, yo y las tazas) y fuí a buscar a J. Como por el camino me "agarró el hambre" decidí para a comer en una típica taberna irlandesa donde comí un "no se qué que qué se yo" acompañado de los 2kg de patatas fritas con vinagre reglamentarios y una Guinness (qué si no despúes de las tres horas de mensajes subliminales que me había chupado en la fábrica). En este pub estaban tocando el violín y cantando un montón de gente, fue divertido verlos.
Plato del "no se qué que qué se yo", notensé las patatas como puños (deliciosas)
Cuando J. salió del trabajo yo le estaba esperando a la puerta, fuimos al parque St Stephen's Green, el cual está al ladito de su trabajo. Es un parque muy pero que muy bonito y lo tienen muy cuidado.
Parque de St Stephen Green
Fue al salir del parque donde J. me dijo que el lunes era festivo en Irlanda y que, por lo tanto, habría fiesta de nuevo esa noche (vaya problema). Así pues, esa noche volvimos a salir por la zona cercana a su casa, y también fuimos al Temple Bar. Esa noche salimos hasta las 2 en el Temple Bar (porque lo cerraron), aunque luego encontramos algo abierto hasta las 3 de camino a casa y finalmente, como mi hermano pequeño diría por influencia de Mota, cuando éramos unos auténticos "cierrabares" marchamos a casa a intentar mantenernos despiertos hasta las 5 que yo debía marchar al aeropuerto. Fallamos en el intento pero yo me desperté a tiempo, cogí mis cosas (todas no, me dejé la taza y el diploma oficial de tirador de Guinness, qué rabia) y marché al aeropuerto extrañamente espabilado para haber dormido una hora. Allí se repitió lo mismo que en la ida, es decir, no poder dormir por los asientos insufribles de Ryanair.
Ahora recuerdo que quería contar algo sobre la genética averiada de la isla. Si, me refiero a la fauna local y por fauna me refiero a los habitantes humanos. Empezaré hablando por algo común a los dos géneros. Salen a las 9 y a las 11 no son personas, van del revés. O son alérgicos al alcohol ó tienen un hígado comprado en el todo a cien, porque no es normal que vayan así tan rápido. Otro punto común está en el hecho de que para encontrar a un@ bien parecid@ hay que revolver cielo y tierra, si es que ya decía un genetista que los hijos entre primos no podía ser bueno, ¡gentes de Irlanda, un poquito de diversidad por el bien de vuestro futuro!. Y ahora, hablando de las mujeres de Dublin me voy a centrar en su forma de vestir, ¡qué carajo! no sólo de Dublin, voy a permitirme generalizar un poquito por lo que vi en Cork. En Cork el 90% de la población por denbajo de los 40 iba por la calle en chándal ó mallas, parecía Canilandia. En Dublin era al revés, en cuanto caía la noche sólo se veían vestidos de fiesta cada cual más llamativo en los colores, volantes ó estampados y parecía que tenía un par de reglas que relacionaba tres parámetros de la vestimenta mujeril y de la propia mujer en sí:
La longitud al cuadrado de los vestidos es directamente proporcional a la longitud al cuadrado de los tacones de la portadora, de forma que un vestido 20cm recortado por encima de la rodilla venía acompañado de unos tacones de 20cm. Así mismo, cuanto menos vestido y, por lo tanto, más tacones, la chica es ó más fea ó tiene más problemas con el alcohol ó ambas.
*Esta regla es aplicable al 95% de la población femenina de Dublin.
Regla de los tacones altos y las faldas cortas
Asustadico me quedé, buscando a Sauron estuve la primera noche y la segunda me centré en buscar la puerta de Mordor p
ara cerrarla con llave.
En definitiva, gran experiencia. Recomiendo a todo el mundo la visita a Irlanda a menos que vayan a buscar novi@ que para eso hace falta invertir más tiempo en encontrar ese 5% escondido.
Saludos y perdón por el tocho.
Ni una sola vez.
ResponderEliminarQUE FUERTE ME PARECE CHUSÉ.
Esta no la olvido.
M.W.
No se a qué te refieres, si quieres aparecer en mi blog, son 5€ por post en el que salgas... por ser tú, con que me des tu consentimiento por escrito saldrás.
ResponderEliminarXD
Si señor (ocupao), q curradas te pegas!!! Yo estuve todo un mes alli y no llegué a descubrir las maravillas de Ireland...
ResponderEliminarY muy buena la regla de tacones altos y faldas cortas... eso en Viena no pasa!!! (o si...) jejeje
Firmado: Pierde llaves...
Señora Pierde Llaves, yo es que soy una persona muy observadora y si a eso le añades J. me ayudó a verlo rápidamente pues voilá.
ResponderEliminarXD