viernes, 3 de diciembre de 2010

FLORENCIA (I)

Tras el rollo macabeo que os habrá supuesto leer el artículo sobre Roma, este he decidido hacerlo mucho más escueto... ¡Venga ya! Florencia me encantó y, aunque estuve sólo dos días me dio tiempo a ver un millón de cosas. También es verdad que no voy a comentar todas, los cuadros y las esculturas, salvo casos puntuales, me los voy a ahorrar. Aun así, arduo trabajo es el que me espera. Lo que si voy a hacer es partir la entrada en trocitos y así lo digerís mejor.

Empiezo con el video:



LA HISTORIA

Florencia (Firenze en versión original) es una ciudad de 370.000 habitantes. Su origen se remonta a la época romana. En el 59 a. C. Julio César quiso tener un ejército en esa ubicación y creó Florentia para darles cobijo junto al río Arno. Fue capital de Italia durante 6 años en 1865 durante la Unificación Italiana. En la edad media fue un importante centro cultural, económico y financiero. Tenían bancos a cascoporro, hasta el más tonto tenía uno. Fijaos si fueron importantes que llegaron a imponer en gran parte de Europa el Florín de oro como moneda de moda. En Florencia se originó en el s.XIV el movimiento artístico denominado Renacimiento. De esta ciudad surgieron las tortugas ninja, Leonardo, Miguel Ángel, Donatello, Rafael, ... y muchos otros autores como Verrochio, Fraangelico, Giotto, Lippi, Botticelli, Alberti, Brunelleschi, Dante y Maquiavelo.


Los famosos pintores de fiesta loca

Maqueta de la Florentia del ejército romano

Cuadro de la Florencia medieval


MI HISTORIA (LA QUE MOLA)

Salimos de Roma en tren hacia Florencia. El tren salió puntual y nos tocó el mítico trenecito con compartimentos de seis viajeros. En plan “el de Harry Potter” pero de este siglo. Hasta pasó un gachupino con disfraz de botones, un carrito enano y una campanilla vendiendo caramelos y chocolatinas. Si alguna vez vais en este tipo de trenes, sabed que hay mucho listillo que se sentará en el primer asiento que pille. Están numerados y puede ser el vuestro. Que no os engañen. El tren en si es muy cómodo, fresquito y rápido. Creo recordar que tardamos como dos horas en llegar a Florencia, eso si, aquí hubo un pequeño problema. El tren directo te deja en la estación más externa de Florencia (Florencia Rifredi). Una vez allí nos informamos y descubrimos que existe un tren gratuito que pasa cada poco tiempo y que te lleva los tres kilómetros que separan la estación externa de la estación correcta (Santa María Novella ó Firenze S.M.N. como pone en los carteles). Un consejito financiero sobre los trenes italianos. El sistema ferroviario de los vecinos de la península itálica es francamente bueno. Es complicado encontrar un destino mínimamente grande al que no lleguen varios trenes al día. Si tenéis que utilizar un regional, es barato aunque tendréis que invertir mucho tiempo por la cantidad de paradas pero, si tenéis la posibilidad de encontrar un tren más “directo”, (aquí viene el consejo) entrad en la web www.trenitalia.it y sacadlo con antelación. Si lo sacáis con la suficiente premura podéis conseguir hasta un 30% de descuento, que no es poco.

Distancia entre las 2 estaciones (Rifredi y SMN)


Llegamos a Florencia el mejor día del año, el 9 de agosto. Bonita estación la que tienen estos florentinos. Como de costumbre, mucha gente durmiendo por los suelos, tanto viajeros como gente que quisiera viajar pero no puede (no tienen posibles, abuela). Al salir de la estación un sol de justicia nos obligó a hacer una reverencia. ¡Madre mía qué calor hace en pleno agosto y a medio día!.

Interior de la estación un día de huelga porque cuando fui yo estaba hasta arriba.


Nada más acostumbrar la lomera al calor abrasador y las miraderas a la intensa luz, lo primero que vi fue la increíble Iglesia de Santa Maria Novella, la cual da el nombre a la estación de ferrocarril y ofrece gentilmente el culamen a todo viajero que sale de ella. La parte trasera no está mal pero lo interesante está en la fachada así que aconsejo que os molestéis en andar lo poco que hace falta para ver la delantera. De todas formas, de esta iglesia hablaré más adelante. Era el momento de encotnrar el hostal.

Culamen de Santa María Novella

Fachada de Santa María Novella, ¿a que es más interesante que el culamen?


Anduvimos diez minutos aproximadamente con las maleticas a cuestas y con el GPS en huelga hasta que llegamos al hostal. Maldita sea la estampa del GPS que siempre que se ha fastidiado, aunque hayan sido pocas veces, ha sido cuando lo necesito de verdad o cuando tengo que presumir de él. Se llamaba hostal "Residenza le Rondini" y estaba a 3 minutejos de la Basílica de San Lorenzo, al norte del centro histórico de Florencia. No era el más barato pero sí el que más confianza inspiraba por ese precio, además estaba cerca de la estación y eso al final se nota a la hora de la comodidad. Se trata de un hostal humilde, de estilo clásico/antiguo y, como todo lo clásico/antiguo que se precie, estaba en un maldito cuarto piso sin ascensor, eso si, con esas escaleronas viejas que cada escalera apenas subes nada en vertical y, que además, te dan ganas de patear al arquitecto porque la huella de la escalera es anormalmente larga (unos 2 pies), lo que hace que cada dos pasos des un traspiés para seguir la marcha y que de paso acabes con dolor de riñones. Como puntos positivos destaco la simpatía y predisposición de los empleados, que sin pedirles nada nos lo dieron todo y nos guiaron por la ciudad con sus consejos de autóctono resabiado. También destaco como positivo el hecho de que admiten tarjeta de crédito. Por otro lado, como puntos negativos he de destacar que no tiene cocina de uso común, es viejecillo, no tiene ascensor y el aire acondicionado que en la web publicitan resulta ser uno de esos pingüinos portátiles que por un lado enfrían y por otro calientan el doble. De esos que tienes que sacar la manguera por la ventana para regalarle el calorcillo al desgraciado vecino más próximo, y por lo que casi pierdo la vida de forma indirecta. ¿Cómo? Os preguntaréis. Lo aclaro:

Bien, al dejar la ventanica abierta para que refrescara por la noche una horda de diminutos y demoníacos banqueros alados, entró silenciosamente para realizar conmigo un infernal trueque en el que por su puesto iba a salir perdiendo y no por el T.A.E o el I.B.I. ó el I.R.P.F.... (voz de Henrry Felgueroso ON) ¡Compañero del metal! Chupáronme la sangre, chupáronme la sangre... hasta casa Dios. ¡Cagon mi máquina! Dejáronme a cambio avones y pústulaciones que al día siguiente metía miedo como el Guayomin sin maquillar. Los paisanos furiatones se apartaban de mi como si fuera un leprosín tosiendo en el Molinón. Creo yo que cada bicho de esos valía para una transfusión de urgencia, y si no, a uno de esos le haces tragar 4 granos de arroz y menuda morcillona buena pa las fabes saldría. El ejército debería estudiarlos para averiguar como transportar tanto peso con tan poco cuerpo. Revolucionaría la aerotransportación.

Lo que pasó por la noche...
...lo que pasó de día. Foto mía después del maléfico ataque de los mosquitos.
Obsérvese la reacción de los ciudadanos. Si, es más intensa de lo normal.


Volviendo al tema del hostal. A pesar de los puntos negativos (excepto del de los mosquitos), por precio y situación fue una decisión acertada. He de mencionar también que en el hostal este se administran un poquito mal porque al llegar no tenían nuestro guariche. Lo bueno de esto es que lo solucionaron ofreciéndonos una mejor por el mismo precio. En concreto una suite con terraza y excusado (para los que se estén riendo del finolismo, siempre queda mejor decir excusado que cagadero, aunque lo digas con acento francés “cagadegó”).

Ubicación del hostal en Street View


En este momento llegó la mayor sorpresa del viaje, pero antes, tengo que poneros en antecedentes ya que creo que hasta ahora no lo he aclarado. Este viaje lo hice en compañía de otra persona, una buena amiga que conocí en Viena, S.. S. sabía que el mejor día del año (lo que viene siendo el 9 de agosto, digan lo que digan) es mi cumpleaños y, como le parecía tristérrimo que no lo celebrara ó que lo celebrara yo sólo tan lejos de casa, decidió prepararme una fiesta sorpresa. Fue todo un detalle por su parte. Por lo que se, se dedicó a mover hilos entre mis amigos de Viena, que ella también conocía, a través de las poderosas redes sociales y trató de organizar algo prácticamente imposible. Al llegar al hostal, me lo confesó todo y me dio la extraordinaria noticia de que había logrado convencer a K. y a su novia A. para que cambiaran sus planes de visitar Grecia y que en su lugar viajaran por la bella Italia y, que concretamente, el 9 y 10 estuvieran en Florencia. Imaginaos mi sorpresa cuando vi al rubiales acercándose por la calle con su sonrrisilla de Jocker. No daba crédito a mis propios ojos.

Tras desempolvar el inglés con los respectivos saludos y algún que otro “What the f*** are you doing here?”, nos dirigimos a la plaza del Mercado Central donde debido a la hora comimos y disfrutamos del ambiente toscano de capital. Comimos sendos paninis (lo que viene siendo un bocata) preparados in situ por la charcutera jefa de una tiendecita octogenaria de un rincón de la plaza. Muy recomendables aunque el precio no corresponde con el de un bocata. Acabé llegando a la conclusión de que es más económico comer una pizza recién hecha y de restaurante que cualquier otra cosa (depende de qué pizza, claro está). Tras la comida y la charla nos despedimos hasta la noche.

Plaza del mercado Central. La charcutería está detrás de los árboles.


Al anochecer, antes de que el ilustrísimo ayuntamiento fiorentino prendiera las luminarias, K&A se acercaron a nuestro hostal. No les costó mucho puesto que estaban alojados en un hotel puerta con puerta con el nuestro. La idea era ir a cenar pero me sorprendieron con unos regalos y nos quedamos charlando un buen rato. K., fiel y a la vez infiel a sus costumbres, me regaló una botella (parte fiel) de ron (parte infiel porque siempre siempre era vodka ó algo relacionado con el vodka que para algo es su producto nacional del que tan orgulloso se siente). Como dicta el Real Decreto 1513/2006 el cual establece las Enseñanzas mínimas de la Educación Primaria (true history), era de menester abrirla y brindar entre todos aunque Drácula siguiera en la caja de pino. Por ello, tras dos horas de charla intercalada con brindis varios (¡por nosotros!, ¡por el futuro!, ¡por que no haya cucarachas!, ¡por el Rey de Gondor!...), partimos hacia el restaurante, el cual, estaba juto a la Iglesia de la Santísima Trinidad, a una media hora o quizá un poco más, de nuestra posición, en la otra punta del centro de la urbe.

Callejuelas de florencia de noche


Llegamos al restaurante “Le Campane” un poco tarde. De hecho fuimos los últimos en llegar y en marcharnos (por poco). Como se lo que fastidia esto al personal, tratamos de comer rapidito y así lo hicimos aunque sin atropellos. Cenar lo que se dice cenar.... cenamos de miedo. Todo exquisito, recién hecho y a la carta. Acompañamos con vino tinto toscano que hizo honor a su fama (ni punto de comparación con los vinos “tintos” austriacos aunque nada que envidiar de los buenos caldos españoles, es decir, vino en condiciones). Como hablaré de la gastronomía en su correspondiente apartado, tras pagar la cuenta nos dirigimos, un poco contentos, a hacer turismo nocturno. Pobrecilla S. que no le gusta el alcohol y nos tuvo que aguantar la tontería. Además, ella era la única autóctona del grupo y, siendo de Nápoles estaba empeñada en que ir de noche por cualquier ciudad italiana es tan peligroso como por su ciudad. Por suerte no estaba en lo cierto. Florencia es una ciudad encantadora, tirando a pequeña y por lo que vimos, al menos en el centro turístico es muy tranquila. Esa noche era un lunes cualquiera y anduvimos hasta las dos de la mañana sin parar de encontrarnos con gente que salía a tomar algo por los pubs o simplemente a pasear. Lo mejor de todo, es que sólo había un 5% de la gente que se mueve por el día ó incluso menos. Asi que, fue una delicia y un privilegio el poder observar los edificios más emblemáticos prácticamente desiertos, para nosotros solos, como si fueran nuestros. Esa atmósfera maravillosa me convenció para volver algún día a terminar de visitar todo lo que dejé pendiente. Así que, queridos lectores, a vosotros dos os aconsejo que si vais disfrutéis de un paseo a medianoche. Encontraréis una ciudad completamente diferente y de belleza insuperable. No olvidaré este cumpleaños.

Al día siguiente tocó un mega intensivo de cultura (todavía lo estoy asimilando). Fuimos al museo de la Academia y a la Galería de los Oficios (Galleria degli Uffizi). No olvidéis llevar agua a estos sitios. Prácticamente en cualquier rincón podéis comprarla menos dentro de estos sitios. No olvidéis tampoco, al igual que con los Museos Vaticanos, el comprar los tickets online y con antelación. Os podéis ahorrar muchísimo tiempo de espera bajo el Sol abrasador aunque un ratito no os lo quita nadie, ratito en el que veréis lo que es pasar calor y así os alegraréis más al entrar. Los de mente malévola se reirán de los desgraciados que tienen que seguir fuera varias horas, los de mente pura los compadecerán y otros pasarán del tema directamente. Este día sirvió también para callejear un poco más descubriendo sitios como la “falsa casa de Dante” (la auténtica se quemó/la quemaron), el Palacio Vecchio, el puente del mismo nombre y mil pequeñas cosas más.

Al mencionar lo de comprar agua he recordado que que en Florencia son un poquitito careros para todo (menos el café y la pizza) también en los supermercados aunque por lo que nos dijo el tipo del hostal, si te alejas algo del centro puedes encontrar mejores precios. Si estáis vagos, en la misma plaza del mercado central tenés un mini-super de precios atracativos. Ya que me he puesto con el tema de las compras, Florencia es famosa por sus productos fabricados en cuero curtido como cinturones, guantes, bolsos y carteras, etc., y también, son famosos los productos en seda como las corbatas, pareos y pañuelos. La joyería tuvo mucha importancia antaño y de ello quedan numerosas muestras, especialmente en el Puente Vechio. Todos estos productos los podéis encontrar en los numerosos mercadillos. En cuanto tienen cinco metros cuadrados montan una tiendecilla portátil de estos productos. Si los mercadillos no son de vuestra confianza porque el precio es irrisorio, podéis dirigiros a las mil tiendas más chic que de seguro aplican mayor margen de beneficio. De todas formas, el precio no están mal. Es fácil encontrar corbatas de seda (en tienda) por 12 – 15€. Por otro lado, está el otro tipo de “comercios”, los ultraligeros del sistema mercantil, los manteros (esa gentecilla que seguramente no tiene donde caerse muerta y que se ve obligada a vender todo tipo de mercancía de dudosa procedencia y a salir por patas cuando se acerca la policía). La primera vez que estuve en Florencia los personajillos estos se dedicaban a la venta indiscriminada de bolsos de imitación de Peluche&Palangana o gafas de sol de Perrera. Sin embargo, esta vez el éxito de ventas recaía en los cuadros famosos impresos en papel fotográfico DIN-A3. Los extendían por el suelo en cualquier parte, y había que andar con mil ojos para no pisar la sonrrisilla de “La Gioconda”.

Mercadillo del porcellino

Mercado del Puente Vecchio. Sobretodo joyería. No soñéis con verlo
así de vacío a menos que vayáis de noche.

Mercadillo de San Lorenzo (sección especial de cuero)


Poco más puedo añadir sin intervenir directamente en los relatos de los distintos monumentos y, como he decidido partir las entradas hiperlargas en varias más asequibles para los lectores, me despido aquí y pronto iré subiendo alguna cosilla más.

Próximamente en sus ordenadores: “Santa María del Fiore y el Campanario de Giotto (Florencia II)"

4 comentarios:

  1. Aleluuyaaa!! =)
    me he partido de risa con la foto de la reacción de la gente ante ti...buaajajajajajaajaaaa
    ;)M.W.

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  2. Me acabo de dar cuenta de la tontada esta que pones aquí arriba, de publicar un comentario.
    no entiendo lo de gracias de muñeca.. ;)
    jaaaaaaaaaaaajajaja me sigo riendo con la fotoo
    M.W.

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  3. jajaja, dale las gracias al photoshop. Es la tercera vez que lo usoy he hecho esa cutrez en 10 minutos o menos.

    Gracias de antemano = muñeca XD

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