lunes, 9 de noviembre de 2009

VIAJE A BRATISLAVA

Hoy paso a relatar el viaje que hicimos a Bratislava, creo recordar que fue un soleado domingo de octubre. El viaje surgió de la idea de Krzyiek de aprovechar que tenía el coche a su disposición, ya que más tarde pensaba dejarlo en su casa de Polonia para uso y disfrute de sus padres. Así pues, el domingo por la mañana apareció con su VW Golf tirando a nuevecito en la puerta de mi residencia y de ahí partimos a buscar a los demás a su residencia puesto que venía de paso para ir hacia tan bello lugar como es Bratislava.

Bratislava se encuentra a 80km de Viena, se accede por autopista en un "tris", lo curioso de las autopistas de Austria y de los países colindantes es que tú mismo te encargas de comprar el billete en una gasolinera antes de meterte en ellas. No hay peajes, sólo el ticket, o mejor dicho, la pegatina que se coloca en el centro del parabrisas. Si por casualidad no la llevas y te ve la policía, la multa puede llegar a ser bastante alta. En este caso, creo que el ticket era de 4€ por un día de autopista en Austria y luego 7€ una vez traspasada la frontera de Eslovaquia. Este segundo lo compramos en un estanco que había en medio de la nada en la frontera.

A unos 10km de la frontera se encuentra ya la ciudad de Bratislava y, como nos habían aconsejado que fuéramos a visitar el castillo, nos intentamos dirigir hacia allí. Una vez que lo vimos desde la carretera, al principio pareció muy fácil llegar. Gran error por nuestra parte ya que una vez dentro de la ciudad el tráfico te obligaba a ir por ciertas calles y los edificios habían ocultado ya el castillo. Al final, como era de esperar nos perdimos con el coche. Sólo sabíamos que estábamos en el lado incorrecto del Danubio y, por ello, en cuanto vimos un puente nos dirijimos hacia él. Aquí empieza la gran historia de Bratislava:


"La odisea de cruzar el maldito puente y la razón por la que no me verán el pelo por Bratislava again"

Una vez enfilado aquel viejo, roñoso y oxidado puente de entramado metálico triangulado y de dos carriles de doble sentido y sin arcén. Nos dispusimos a cruzar, no sin antes percatarnos de como había a la entrada, en una calle que torcía a la izquierda un coche de "policía" parando a un vehículo mientras que un segundo coche de "policía" se dedicaba a mirar la escena. Cuando pasamos cerca de ellos, el coche sin "nada que hacer" se quedó mirando como pasábamos sin decir ni pío, sólo miraba. Proseguimos así la marcha a 30km/h como estaba estipulado en la única señal que había a la entrada del puente. Aquí viene lo bueno.

Yo, con la mosca detrás de la oreja por como nos había mirado el "policía" estaba atento al retrovisor, algo me decía que alguna especie de sorpresa iba a aparecer, tenía ese sentimiento y, ya que íbamos en linea recta, era imposible que ese sentimiento se refiriera a "la niña de la curva" y como era de día también era imposible que se tratara del "coche fantasma de las luces largas que te persigue para deslumbrarte y matarte" así que, al cabo de unos instantes ahí apareció en la lejanía el reflejo de dos luces azules giratorias. Nada más verlas me di cuenta de que el bombo estaba girando y que teníamos todas las papeletas. Se lo comenté a Krzysiek y este no se lo creía, se limitó a decirme "imposible, si no hemos hecho nada y voy a 30". A los 5 segundos el coche patrulla estaba pegado a nuestro maletero echando las largas y pitiditos varios. Nos había tocado la rifa y no estaba permitodo renunciar al premio.

Nos detuvimos justo a la salida del puente y un "agente" se acercó, miró por las ventanas, y se produjo el siguiente diálogo en eslovaco y contestado en polaco por el conductor. Al parecer los dos idiomas se parecen como el español y el italiano (traduzco para mis lectores):

Policia-"¿De donde vienes?"
Krzysiek- "De Viena"
P-"Pero la matrícula es de Polonia, ¿no?"
K-"Si, pero estudiamos en Viena"
P-"Entonces eres polaco, dame los papeles y los demás la identificación"
K-"Aquí tiene"
P-"Bájate del coche"

Se alejaron los "agentes" y se pusieron a hablar entre ellos, cuando llegaron a un acuerdo volvieron y se produjo el siguiente diálogo:

P-"¿Sabes que está prohibido cruzar este puente?" (era imposible que lo supiéramos porque no había ninguna señal, de hecho la buscamos luego y no la había)
K-"No, no lo sabía, no hemos visto ninguna señal"
P-"Este puente es sólo para autobuses públicos y la multa por cruzarlo es de 600€"
K-"¿QUEEEEE?"
P-"Six hundred euros. Y si no pagas no te devolvemos los papeles del coche ni el pasaporte" (resulta que el "policía" no hablaba inglés pero los números si que los decía bien.)
K-"Lo siento pero no tengo tanto dinero"

Aquí el "policía" instó al conductor a separarse un poco del coche y prosiguió con la conversación.

P-"Vale, 300€" (jajaja, resulta que en Eslovaquia si no tienes dinero te rebajan la multa, qué modernos y socialistas)
K-"Lo siento pero no tengo tampoco 300€"
P-"De acuerdo 150€ es la última oferta" (jajaja rebajas del otoño del Corte Eslovaco)
K-"En serio, no tengo tanto dinero, soy estudiante"
P-"Pues pídele a tus amigos del coche"
K-"No puedo hacer eso, son mis invitados y no puedo pedirles que paguen la multa por mí. Mire, sólo tengo 30€ (lo dijo mientras les enseñaba la cartera roída que tiene y que guarda por cariño y mientras se sacaba los bolsillos del pantalón hacia afuera, uno de ellos con un agujero. No os vayáis a pensar que viste como un andrajoso, suele ir de punta en blanco y ese día también lo hacía pero eso no quita que el pantalón tuviera el agujero en el bolsillo y que la cartera tuviera ese aspecto, bendita suerte la nuestra)
P-"Está bien, 30€"

El policía cogió los 30€, le dió tres papeletas selladas y se marcharon. Nosotros hicimos lo propio y fuimos a un parking ya que lo último que queríamos era que se nos llevara el coche alguna grúa municipal. Hablamos con el guarda del parque sobre lo acontecido y nos confirmó lo que ya sospechábamos (y que supongo que sospecharéis vosotros a estas alturas). Básicamente, nos dijo que había que tener más cuidado con la policía que con los ladrones, que ese papelito (el recibo) no servía de nada ni tenía ninguna validez y que aquí, si te ven extranjero eres presa fácil (matrícula de Polonia). Si lo piensas, no se podía hacer nada en esa situación ya que la policía tiene el sartén por el mango en esos casos. Es tu palabra contra la suya, así que no nos quedó más remedio que alegrarnos porque sólo fueran 30€ al final.

Puente-trampa marca ACME

Resguardos que nos dio la "policía"

Fin del episodio catastrófico.

Tras dejar el coche a buen recaudo, comenzamos a explorar el centro de la ciudad, en el cual, la mitad de los bares tienen nombre español como "Tapas, Manolo, Torero, etc". Fuimos andando y pronto nos dimos cuenta de que hay diseminadas muchas esculturas que se confunden con la gente e incluso con artistas callejeros que las imitan.


Tras visitar las callejuelas subimos al castillo para lo cual más vale que vayas desayunado. Cuatro millones de escaleras después (redondeando para arriba quizá) llegamos a las murallas de piedras pequeñas. Unos cuantos metros más arriba se llega a lo que viene siendo el castillo-palacio, el cual estaba en obras de restauración. Esto me recuerda algo curioso y no desagradable de Bratislava, resulta que había gente trabajando en domingo en la restauración, eso si, a un ritmo que cualquiera diría que llevaran un mes sin descanso. también los supermercados estaban abiertos en domingo, lo cual puede ser muy útil y agradable cuando vas de Viena donde cierra todo a las 7 y los sábados antes.

Castillo iluminado pintado y sin andamios (foto sacada de Google porque yo lo vi en obras)

Plano del castillo

Castillo de día antes de ser pintado (de nuevo Google y menos mal que lo han pintado)

Castillo (foto sacada por mi en el único ángulo que "casi" no se ven andamios)

Patio interior del castillo

El castillo-palacio, era bastante bonito, aunque más simple que el papel higiénico barato, parecía un fuerte vaquero del lejano oeste y casi daba rabia saber que era lo más destacable de toda la ciudad. Así pues, después de darle dos vueltas a los jardines y de mirar las vistas desde lo alto, decidimos volver a pasear por el centro de la ciudad , visitando las callejuelas, la opera, las embajadas, el puento y los jardines, hasta que el hambre apretó, momento en el que fuimos a por el coche y ahí a disfrutar de la verdadera Bratislava.

Vista desde el castillo hacia el puente-mirador

Callejuela peatonal del centro

Opera de Bratislava

Iglesia muy muy fea a las puertas del castillo de Bratislava

Calles del centro

Antes de hablar de la verdadera Bratislava me gustaría mencionar la famosa "Iglesia Azul" de Bratislava, se trata de una iglesia más hortera que un ataúd con pegatinas pero que por eso mismo es famosa, os ilustraré pero aviso, es una foto real, no ha sido retocada y por supuesto no se trata de un pastel aunque admito que su visión puede llegar a causar caries psicológicas.

Iglesia azul de Bratislava


LA VERDADERA BRATISLAVA

La verdadera Bratislava es la que hay cuando te alejas un poco del centro de la ciudad, donde la "policía" no busca a los turistas y donde parece que el tiempo se congeló en la España de los años 60. Reinaban los tranvías último modelo, es decir, los que les debe vender Austria cuando se los quita por viejos, y también los trolebúses que se debió quitar Zaragoza por el año 1976. La ciudad es pues bella por rara y fea por los millones de tendidos eléctricos.

Tras recorrer unos 4 o 5 km con el coche, y captar la esencia de el contraste entre ricos y pobres de la ciudad (veáse foto adjunta), vimos un restaurante que tenía buena pinta, asi que paramos a comer. Aquí se nos alegró la cara a todos. ¡Vaya comida! Por 4 duros nos pusimos hasta las orejas a niveles de luchar por respirar, este es el aspecto que compensó la "no multa", todo estuvo delicioso, barato y muy abundante.

Contraste entre ricos y pobres (me refiero a los coches por si no queda claro)

Menú que degustamos: Mega-ensalada, pizza (50cm) y pez de río vegetariano.
(Falta algun plato, el postre y el café)

Último consejo antes de terminar, por ahora de toda la gente que he conocido que ha estado en Bratislava ha pagado una multa, la mayoría en el autobús urbano y nosotros por ir con coche extranjero. La ciudad no merece la pena como para gastarse mucho dinero, y menos como para andar alimentando corruptos. Se ve en pocas horas y no es para tanto. Si váis algún día, que sea en transporte público y pagando todos los billetes. Si véis a un policía no le preguntéis la hora y tirad la basura a la papelera o, si no ya sabéis, "SIX HUNDRED EUROS" ja jaja

¡Hasta pronto!

4 comentarios:

  1. Así desde la distancia te diría que qué historia tan cachonda la de los polis, si te sirve de consuelo "Hostel" acontece allí y a tí no te ocurrió nada parecido, ¿no? Cuídate

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  2. ¡Pues menos mal que sólo fueron 30€, porque si os tiene que dar 60 "recibos de multa"...!

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  3. bratislava es economico su comida u hospedaje? tomando en cuenta el consejo de los policias

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  4. No es caro. Para la comida, si os alejáis un poco del centro turístico, el precio baja considerablemente aunque no es tan bonito claro. Que lo disfrutéis!

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